Eva Murillo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Los operadores de taxi, conocidos también como ‘martillos’, que ven muy lejana, por no decir que imposible, la posibilidad de ser dueños de una concesión, esos que cada mes pagan entre cinco y seis mil pesos por la renta de una placa al socio del sindicato Andrés Quintana Roo, no dudan en responder que sí se pasarán a Uber una vez que el gobierno estatal adecúe las leyes para legalizar el servicio a través de una aplicación digital.

Para todos hay, dicen, pero ser taxista implica muchos gastos y la ganancia se reduce, por eso en cuanto entre Uber muchos de ellos migrarán a esa aplicación.

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Simón N, compró un auto usado, lo pintó como taxi y renta la placa para poder dar el servicio, por ella paga cinco mil pesos cada mes, él como la mayoría de sus compañeros del volante, adquirió el compromiso, que en teoría es del dueño de la concesión, de pagar 100 pesos por cada socio del sindicato que muere y 35 por cada martillo, además de la cuota semanal.

Hay otros socios que al momento de recibir el pago mensual por la renta de placas, descuentan los “muertos” y demás cuotas que el martillo pagó y que es responsabilidad de ellos hacer.

Para los choferes de taxis, Uber es otra oportunidad de trabajo en la que no tendrán que pagar cuotas y eso implicará más ganancias para ellos.

En Cancún, según el tarifario, la cuota mínima es de 30 pesos en el área urbana, en la zona de hoteles cobran 10 pesos por cada kilómetro y al aeropuerto marca que son 250 pesos como mínimo, ésta puede variar dependiendo del lugar desde donde inicie la ‘carrera’.

Simón N, carga todos los días 500 pesos de gasolina, es decir 15 mil pesos mensuales, su auto solo lo maneja él, pero aseguró que esa es la inversión promedio que cada operador o martillo hace en combustible, sobre todo si se dedica a ‘pueblear’ (dar el servicio en la zona urbana).

Para sacar el dinero necesario para el pago de gasolina, renta de placas y cuotas sindicales semanales, cada día debe reunir 850 pesos, lo que salga de más, es la ganancia que le queda.

“Debo hacer 25 viajes de 35 pesos para juntar el dinero que necesito para cubrir los compromisos de este oficio, los gastos por el uso del auto –cambio de aceite y refacciones- y los de la casa, se cubren con el dinero que me queda como ganancia, por eso debo trabajar hasta haber reunido por lo menos mil 200 pesos”, explicó.

Reconoció que en pláticas con sus compañeros taxistas, muchos están esperando a que Uber se legalice para emigrar. Consideran que tendrán más ganancias.

Por otro lado, están los viejos martillos, los que llevan más de 20 años esperando que les toque su placa, ellos siguen manteniendo la ilusión de que pronto estarán entre los beneficiados.

“Yo necesité 22 años de friega para poder tener las placas, a esta altura ya no puedo salirme del sindicato, y como yo, hay otros pero que han pasado 20 años manejando el taxi y siguen en espera de su concesión, pero los nuevos, esos sí pueden hacerlo y quizá haya quienes estén pensando en salirse”, señaló un socio que trabaja sus placas.