Una vergüenza para la justicia

Cuando parece que ya hemos visto todo en cuanto al uso y abuso de poder por parte de funcionarios públicos...

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Cuando parece que ya hemos visto todo en cuanto al uso y abuso de poder por parte de funcionarios públicos y políticos, surgen evidencias contundentes de conductas no sólo contrarias a la ética y moral con que deben conducirse, sino que también pueden constituir delitos. Además, asombra la capacidad (caradura) que tienen para absorber el impacto de las revelaciones, intentando tergiversar los hechos o encauzarlos hacia otros temas y no a los que deben responder.

En marzo de 2019, cuando apenas arrancaba el gobierno de la 4T, Josefina González Blanco presentó su renuncia (o se la solicitaron) como titular de la Semarnat, después de que la prensa revelara que había provocado el retraso de la salida de un vuelo comercial; entonces parecía que en verdad habría un cambio en la conducta de los servidores públicos, pero poco a poco se diluyeron esas buenas intenciones.

Hoy, el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, está envuelto en lo que califica “una extorsión mediática” en su contra, pero que en realidad es la exhibición de que ha aprovechado su cargo para inclinar la justicia a su favor, no sólo en el caso de los familiares de la mujer que fue pareja de su hermano, sino en varios asuntos que han salido a la luz pública, como sus cuentas en paraísos fiscales, su litigio con la Universidad de las Américas Puebla y hasta la presión para ser aceptado en el Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, a pesar de incumplir con los requisitos, por lo cual había sido rechazado reiteradamente.

La semana pasada, grabaciones de audio –cuya verdad admitió el casi octogenario fiscal–mostraron que conserva esa característica de “hombre colérico, cruel, misógino, arbitrario e infame” como lo pintan algunos, porque el martes pasado (como parte de su intento de control de daños) , en una entrevista con un noticiero nacional fue incapaz de contestar a dos preguntas clave que le hizo Denis Maerker: 1) Quién tiene la capacidad para espiar a la Fiscalía y 2) Si la persecución a los corruptos incluye a los de este Gobierno o sólo a los del pasado.

Colmilludo, Gertz se gastó el tiempo en televisión para afirmar, en relación con los audios en los que se infiere influyó en ministros de la SCJN para gestionar un fallo a su favor en el caso de Alejandra Morán, que cualquier ciudadano puede acudir con los ministros. El fiscal ofende a nuestra inteligencia al mencionar lo anterior, ya que ni siquiera puede una de las partes acudir ante un juez personalmente y menos darle “línea” sobre un caso. Los ministros también deben responder con claridad acerca de su implicación en el caso, en particular el presidente de la Corte.

En un alarde de poder, Gertz Manero dijo que no piensa renunciar, y como solamente el Presidente tiene la facultad de removerlo, seguiremos padeciendo por al menos ocho años a este personaje que es un lastre para el Gobierno Federal y una vergüenza para la justicia y los mexicanos.

Anexo “1”

Tren maya: lo frenan, pero sigue

A pesar de que un tribunal dejó sin efecto, por tiempo indefinido, el aval que Semarnat) había otorgado a Fonatur mediante la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), la cual permitía cambiar el uso de suelo forestal de 800 hectáreas de selva en 635 km en 25 municipios de Chiapas, Campeche, Tabasco y Yucatán, el presidente López Obrador afirmó que la obra continúa, que sus adversarios hacen campaña porque se daña el medio ambiente, pese a que sólo van a desmontarse 100 hectáreas “cuando mucho”, pero se van a reforestar 200 mil en toda la ruta,  aunado a 18 mil hectáreas de tres parques ecológicos.

Atención a esto que dijo: “No es selva, a cambio de eso, sí nos interesa proteger la naturaleza, estamos sembrando 200 mil hectáreas de árboles en toda la ruta del tren maya. Se están constituyendo tres parques naturales, 18 mil hectáreas para la flora y la fauna, se va a crear el parque de Tulum, que va integrar mil hectáreas. Incluso va a ser un parque para la protección del jaguar y 2 mil 200 hectáreas que se van a constituir en parque natural en Uxmal, muy cerca de la zona arqueológica”.

No olvidar lo anterior porque el 16 de diciembre de 2018, afirmó: “Con la construcción del tren maya, no se va a tirar un sólo árbol, sino al contrario, serán sembradas un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables para así cuidar el medio ambiente”.

¿Le creemos?

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