Ernesto Neveo/SIPSE

CHETUMAL, Q. Roo.- Considerado el hallazgo de la cultura maya más importante de los últimos años en Quintana Roo por la enormidad de su acrópolis, Chakanbakán aguarda una importante inyección de recursos para lograr poner en valor al menos una primera etapa de sus  estructuras monumentales y abrirla al público, estimó el arqueólogo a cargo del proyecto, Fernando Cortés de Brasdefer.

 

Independientemente de la necesidad de expropiar el terreno sobre el que se erige el vestigio arqueológico, el cual es alrededor de 200 hectáreas, propiedad del Ejido Laguna Om, para  concluir la restauración de las estructuras principales, los colosales mascarones y otras piezas de importancia tanto cultural como turística, serán necesarios al menos 30 millones de pesos, pues el sitio arqueológico se encuentra actualmente cerrado al público, luego de más de 18 años de trabajos en el lugar, ubicado a unos 87 kilómetros de la capital de Quintana Roo, muy cerca de la frontera con Belice y Guatemala.

 

El estudioso explicó que el enorme tamaño de la acrópolis, plancha de unos 260 metros sobre la que se asientan diferentes estructuras cívico-religiosas, es la más grande hallada en la región, aunque sus edificios no son de gran altura. 

 

En esta zona se presenta una superposición de edificios, lo que la hace arqueológicamente más interesante, sin contar que la zona fue construida en medio de elevaciones del relieve, rematado con la laguna que prácticamente abraza al sitio, por lo que los antiguos debieron cortar de alguna manera la parte rocosa para hacer un acceso al conjunto principal, a manera de dique. 

 

Independientemente de la riqueza cultural y del potencial turístico del sitio, Fernando Cortés de Brasdefer, dejó claro que la única autoridad que tiene la facultad de abrir zonas  arqueológicas es el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y, en todo caso, con la participación de los diferentes órdenes de gobierno, facilitar la construcción de caminos de acceso y espacios deservicio para la atención al público.

 

Sin embargo, una serie de trabas burocráticas han retrasado por años la posibilidad de abrir Chakanbakán a los visitantes, mientras que muchos restos milenarios se van perdiendo año tras año con la ampliación, modernización y apertura de carreteras en esa zona, colmada, como el resto del estado, de vestigios arqueológicos mayas.

 

La proyección del sur del estado a partir de corredores turístico-culturales probablemente detone la apertura de Chakanbakán, “Rodeado de sabana”, según su traducción del idioma maya, y entonces sí se destapen los recursos de cualquier procedencia, siempre y cuando sea lícita, para consolidar esta novedad que, de acuerdo con las autoridades turísticas, daría un plus a los circuitos turísticos del estado.