Urgen acciones concretas para evitar invasión del Pez Diablo en la Laguna de Bacalar
Los investigadores indicaron que es un pez 'invasor' que puede ser dañina para los ecosistemas de agua dulce.
Tras la confirmación del Pez Diablo al sur de la Laguna de Bacalar, investigadores en El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) Unidad Chetumal enfatizaron la urgencia de iniciar acciones concretas para evitar su expansión.
En conferencia de prensa realizada en Ecosur Unidad Chetumal, los expertos Martha Valdez Moreno, Juan Jacobo Schmitter Soto, Manuel Elías Gutiérrez y Humberto Bahena Basave, señalaron que ahora el objetivo es evitar la expansión de este pez en Bacalar, por lo que se debe iniciar de inmediato con monitoreos para conocer la biología, donde se localiza y hacer una aproximación de su abundancia, además de calidad de agua, como actividades cruciales para la respuesta rápida.
También, capturar ejemplares para verificar taxonomía, preferiblemente mediante genética, que permita deducir el origen de la invasión, estado reproductivo, entre otras características, así como elaborar un sistema de alarma temprana detección del Pez Diablo.
Del mismo modo, realizar una campaña informativa dirigida a las poblaciones a lo largo de la ribera de la Laguna de Bacalar y alrededores y hacer hincapié en que la especie no es venenosa ni agresiva para el hombre, pero sí muy peligrosa para la biodiversidad, el medio ambiente y la pesca, así como instruir y a los pescadores, prestadores de servicios y pobladores, además de acuaristas sobre este tema y buscar una coordinación total con las autoridades municipales, estatales y las instituciones de investigación como Ecosur.
Además de apoyo de las autoridades municipales y estatales para que se realice investigación por instituciones científicas.
Martha Valdez Moreno, expresó que aún se discute el sitio exacto del origen de la invasión del Pez Diablo en la Laguna de Bacalar, y los expertos tienen tres teorías:
El río Hondo, a través del Estero de Chac y Laguna Mariscal; por el norte de la laguna, por las pequeñas lagunas cerca de Lázaro Cárdenas, o que alguien lo haya soltado en el sitio en el que actualmente se ubica.
Entre las teorías que se tienen por los más de 12 años en que se tardó en llegar a la Laguna de Bacalar, se encuentra que el pez no había encontrado las condiciones adecuadas, como son la calidad del agua y vegetación.
Entre las características del Pez Diablo se encuentran su talla, arriba de los 30 centímetros y excepcionalmente hasta 70 centímetros; pesa hasta tres kilos; su promedio de vida es de hasta 15 años; cuerpo cubierto de placas óseas; espinas muy fuertes en las aletas pectorales; boca en forma de ventosa dorsales y extremadamente adaptables.
También, tolerantes a cierta salinidad, adaptados para respirar aire atmosférico, resisten la desecación durante varios días, habitan aguas de baja calidad, producen de 500 a tres mil huevos por hembra, elaboran nidos en sustrato y en riberas de los cuerpos de agua, cuidado parental, esencialmente nocturnos, altamente territoriales, agresivos y con una gran capacidad de dispersión y prácticamente no tienen depredadores.
Los investigadores enfatizaron que es un pez que se vende para limpiar los cristales de las peceras, pero es una especie exótica con alto potencial de invasora que puede ser dañina para los ecosistemas de agua dulce.
En 1995 se detectaron estos peces en México y los estados más afectados: Estado de México, Michoacán, Guerrero, Morelos, Tabasco, Chiapas, Campeche y ahora Quintana Roo.
En 2013 se reportó por primera vez en Quintana Roo, en la ribera del río Hondo: La Unión, El Ramonal, El Palmar, Juan Sarabia y Huay-Pix.