Oskar Mijangos/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Hablar a bebés y niños como adultos tiene un efecto positivo, pues mejora su intelecto y su comprensión del lenguaje, ya que su desarrollo cerebral se activa más.

El médico pediatra, Hugo Pedraza Girón, señaló que mientras mayor sea la complejidad y calidad del vocabulario empleado con los menores, mayor será su desarrollo intelectual.

Si bien los papás tratan de proteger a su pequeño y utilizan un lenguaje “balbuceante” para que este comprenda mejor, sucede todo lo contrario, señaló el médico; mientras más complejo sea el lenguaje, mayor será el desarrollo del infante.

Carlos Pech Hernández, padre de familia, recuerda que con su primer hijo usaba palabras como “guagua” para referirse a los perros; le costó más trabajo comunicarse correctamente cuando creció. Al desarrollarse su primogénito, palabras como perro y gato le fueron difíciles de aprender, ya que las seguía relacionando con el sonido que emiten los animales y no con el nombre de éstos.

En el caso de su segundo hijo, le enseñó a identificar las cosas por su nombre correcto, lo que facilitó su aprendizaje y su expresión al crecer, pues logró de manera más rápida y concreta comunicar lo que deseaba.

Pedraza Girón indicó que la palabra de los padres tiene que ser culta y compleja, incluso existen estudios que demuestran que los niños procedentes de medios en los que la palabra está menos elaborada tienen peores resultados escolares.

Es decir, hablarles como adultos no sólo mejora su intelecto, sino su nivel de aprendizaje a lo largo de su vida.