Más de mil personas reviven la Pasión de Cristo en Chetumal
El tradicional vía crucis viviente fue organizado por la parroquia de la Divina Providencia en Chetumal.
Paloma Wong/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Más de mil personas participaron en el tradicional vía crucis viviente organizado por la parroquia de la Divina Providencia en Chetumal, representación con la que recuerdan la pasión y muerte de Jesucristo.
Desde el mediodía de ayer, los fieles creyentes entre niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, empezaron a llegar a la iglesia para atestiguar cada paso del Hijo de Dios hasta su muerte en la cruz.
Michael Pakenham, párroco de la iglesia, salió a las 12:50 a realizar una breve oración y bendecir a los católicos presentes, con lo que inició el vía crucis, pues de inmediato se escucharon los gritos del pueblo que buscaba castigar al Mesías, tal y como dicta el Evangelio.
La primera estación se desarrolló en el patio de la iglesia, ubicada en la esquina de Felipe Ángeles con Esteban B. Calderón, de la colonia Adolfo López Mateos, desde la presentación de Jesús, cuando Poncio libera a Barrabas a instancia de la plebe y el momento en que los soldados castigan a latigazos al Nazareno, que este año fue representado por José Luis Pérez Vázquez.
Conforme pasaban los minutos y transcurría la representación de la pasión y muerte de Jesús, la temperatura aumentaba, pues el termómetro alcanzó los 32 grados centígrados a la sombra, mientras que la sensación térmica era de 36 grados centígrados.
Segunda estación
La segunda estación fue escenificada una cuadra después de la iglesia, para seguir el derrotero establecido desde hace un mes, es decir, llegar hasta la Calzada Veracruz para incorporarse hacia el norte a la calle CNC y bajar hasta el Centro Cultural Católico (Cecuca), sobre avenida Universidad.
El viacrucis comenzó con 200 personas, pero conforme avanzaba el cuadro principal de actores, más católicos llegaban, eso sí con sombrilla en mano o con la gorra puesta para protegerse de las altas temperaturas registradas ayer a la intemperie.
Una de las estaciones que más conmueve a los devotos, es cuando Jesús se encuentra con su madre, al sentir en carne propia el sufrimiento de María, personificado por Lluvia Alondra Poot Rodríguez, viendo a su hijo castigado de manera inhumana, con la impotencia de no poder hacer nada sabiendo que poco después sería crucificado.
Mientras las estaciones transcurrían, los centuriones exhortaban a la población a respetar los espacios que ocupaba la representación a fin de evitar algún accidente, en primera por los caballos de la Policía Estatal Preventiva (PEP), pero principalmente por los momentos en los cuales Jesús caía con su pesada cruz de madera.
El cansancio y el acaloramiento entre los representantes del viacrucis, así como de los asistentes no se hicieron esperar, pero no fueron motivo para dejar de caminar y llegar hasta el Cecuca, donde se haría la última estación, es decir donde se llevaría a cabo la crucifixión de Jesús para el perdón de los pecados de la humanidad.
Venta de agua
Los que no faltaron fueron, por supuesto, los comerciantes ambulantes, quienes también caminaron a la par con el contingente, ofreciendo sus aguas de frutas, refrescos embotellados, raspados y agua natural.
En el patio del Cecuca, la mayoría de los fieles se mantuvieron atentos a la escenificación, mientras que otros más se cobijaron debajo de los árboles, buscando evitar los incandescentes rayos solares que, a esa hora, caían a plomo.
Los ladrones Dimas y Gestas, que acompañaron a Cristo, crucificados en su cruz del Monte Clavario, fueron representados por Manuel Matías y Francisco Canul, respectivamente. Este viacrucis viviente concluyó minutos después de las 14:00 horas y mucha gente caminó hasta el cercano balneario Dos Mulas para refrescarse.