Olvidan en Cancún a campeón olímpico de México 68
Autoridades no han sabido valorar la capacidad y talento de Ricardo Delgado Nogales.
Ángel Villegas/SIPSE
CANCÚN, Quintana Roo.- En octubre, Ricardo Delgado Nogales cumplirá cinco décadas de haber encumbrado a México en el pódium, en los Juegos Olímpicos de 1968, con su medalla de oro en boxeo.
“¿Qué recuerdo de ese momento? (reflexiona la pregunta). Son muchas cosas, es una emoción indescriptible.
El señor presidente, Gustavo Díaz Ordaz, me habló para felicitarme. También fui a comer a Los Pinos. Todos los días tenía fiesta en la colonia donde vivía en la Ciudad de México”, destaca ‘El Picoso’, conocido así en los cuadriláteros por su forma de calentarse ante cualquier insinuación.
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“La medalla, ahí la tengo en la casa, con mucho corazón. ¡Es mi vida! Representar a México y darle una de oro, que los jóvenes vean eso”, consigna Delgado Nogales.
Con el paso del tiempo, su hazaña no ha sido valorada por las autoridades deportivas. Lejos de darle el crédito que merece, se han olvidado de él.
“A mí, por ejemplo, la Federación me debería de promover, llevarme a los estados, a dar pláticas, entonces ¿por qué no me promueven?
Eso sería muy bueno para el boxeo amateur y sacar más olímpicos, aprovechar la experiencia que tengo. Por eso es que no hemos ganado otra medalla de oro”, refiere.
Su relato es estremecedor. En lo económico, confiesa, ‘recibo una pensión’. ¿Y con eso puede vivir bien? Cuestiona Novedades Quintana Roo al legendario campeón. “Pues ni tan bien, más o menos regular”, responde nostálgico, ya que ‘eso para mí es la vida, eso me ayuda para estar viviendo’.
¿Se puede decir, profe? Insiste este reportero. Valiente, como lo hizo en México 68, cuando ganó cinco combates por decisión unánime, todos por 5-0 hasta colgarse el oro, el ahora entrenador de 70 años, contesta lo siguiente: “son seis salarios mínimos al mes”.
Poco o mucho, lo agradece, pues ‘eso es a nivel nacional y en todos los deportes; en boxeo, lo recibimos Antonio Roldán (Peso Pluma) y un servidor, en Mosca’.
La gloria olímpica
Delgado cumplió a la perfección sus contiendas ante Leo Rwabwo-gogo (Uganda), Brendon McArthy (Irlanda), Tetsuashi Nakamura (Japón), Santos de Oliveira (Brasil) y Arthur Olech (Polonia), en la Final.
En aquella justa, Agustín Zaragoza y Joaquín Rocha se adjudicaron el bronce. El boxeo, con cuatro preseas, fue la que más aportó. En total, cosechó nueve la delegación azteca.
En Cancún, su lugar de residencia, fue apoyado por Magaly Achach, cuando fungía como presidente municipal de Benito Juárez, quien autorizó su alta como preparador físico de Seguridad Pública.
Ya en la gestión de Francisco Alor, como parte de una reestructuración, fue dado de baja con el argumento de que era ‘aviador’.
En la actualidad, Delgado no solamente cuenta con este ingreso, ya que además imparte clases en el Colegio Kukulcán al mediodía y en un gimnasio por las tardes.
“Me siento bien, en buena línea. Sigo entrenando, me gusta. Trabajo con los jóvenes, doy clases de boxeo amateur, me pongo a manoplear en el gimnasio. Lo que importa, y lo digo para todos los deportistas, es llevar una vida sana. Mis respetos para los demás, pero normalmente no tienen disciplina, pues toman, se van de fiesta. Todo es con medida”, manifiesta.
Proteger a los amateurs
Según el experimentado mentor, ‘en Cancún hay un buen semillero, pero falta una buena promoción en eventos de boxeo amateur, sacar una selección’.
“Que no se vayan de profesionales, ese es el problema. Aquí, hay buenos chavos, con gran capacidad, pero nada más llegan al profesionalismo y se pierden, no dejan que maduren, hacen a un lado la posibilidad de ser olímpicos.
En mi caso, me aguanté, me apoyó mi familia, al igual que el Comité Olímpico. Estuve en Centroamericanos, Panamericanos y la Olimpiada”, fustigó.
En este sentido, se refirió a Joselito Velázquez, a quien visualiza ‘con grandes cualidades’, pero así como él, sentencia, ‘lo ideal es no dejarlo ir al profesional, pero en fin, eso es una cuestión muy personal’.
De Miguel Berchelt, ‘otro buen boxeador, también se fue como profesional’.
“No digo que esté mal, pero como decía hace un momento, depende de los ideales de cada uno, si quedarse en amateur o irse al profesionalismo. No es de ahorita, ha sido de siempre”, apunta.