Voces universitarias

Universidad y desarrollo, el rol social de las universidades.

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¿Qué aporta una Universidad a la sociedad? ¿Cuál es su importancia? ¿Qué implica ser universitario? ¿Qué rol juegan estas instituciones en la sociedad del conocimiento? ¿La universidad debe de formar profesionistas o ciudadanía? Estas son algunas de las preguntas existencialistas que alguna vez nos hemos formulado respecto al quehacer universitario.

Las funciones centrales que realiza una Universidad (funciones sustantivas en la jerga universitaria) son aquellas que le permiten conformar y entregar sus productos y servicios, como cualquier organización, y universalmente se reconoce que son tres: docencia, investigación y extensión. Y la materia prima con la que trabaja es el conocimiento científico, es decir los principios de las cosas y los fenómenos contrastados con la evidencia empírica. Cuestión trascendental, más en los tiempos actuales en que la saturación de información lleva a fenómenos como la “posverdad” y las “noticias falsas”.

Así, al ofrecer formación mediante programas académicos de nivel licenciatura y posgrado (docencia), la Universidad trasmite a las nuevas generaciones el conocimiento científico y los principios de una o varias disciplinas científicas y humanísticas, para su aplicación a un campo profesional. Y además transmite valores culturales y éticos para formar a una persona que, además de ser capaz de desempeñarse en un campo profesional, sea un elemento útil en su sociedad, un ciudadano(a) ejemplar, con una perspectiva amplia de su mundo actual, que verdaderamente haga la diferencia donde se encuentre.

(Imagen: Pedro Moncada Jiménez).

Mediante la investigación la Universidad genera su materia prima, el conocimiento. A través de la aplicación del método científico estudiantes y profesores trabajando sobre líneas de investigación, aumentan los saberes y principios (ciencia) de las áreas del conocimiento de sus facultades, escuelas, y/o departamentos. Como resultado surgen las posibilidades de nuevas tecnologías, teorías, patentes, artículos científicos y libros. Esta actividad es esencial, ya que es la que permite aumentar el bien más valioso de la Universidad: el conocimiento; si no, sólo se reciclarían los conocimientos. La investigación es el único elemento que incrementa el inventario del conocimiento del cual dispone la Universidad para transmitir (docencia) y compartir (extensión).

 La tercera función recibe una diversidad de denominaciones todas complementarias entre si (extensión universitaria, difusión cultural, vinculación), y amalgama una amplia diversidad de mecanismos mediante los cuales la Universidad transfiere a cualquier persona o grupo el conocimiento y la cultura, mediante actividades de intervención social, vinculación empresarial o con el sector público. Para ello desarrolla procesos de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I), o de asesoría y/o consultoría. Es decir, cualquier medio que implique la transferencia de conocimiento o tecnología, y que tenga como fin último el elevar las capacidades (competitividad) de las personas, los grupos sociales, las empresas, las instituciones u Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC).

De tal manera que cuando un área del conocimiento o una serie de conocimientos agrupados alrededor de un área de desempeño profesional son reconocidos y demandados por la sociedad (estudiantes, empleadores, ciudadanía en general), es que la oferta educativa de una Universidad se vuelve pertinente para una sociedad, y se consolida una nueva área profesional; es decir, es cuando una carrera o programa educativo es demandado y reconocido socialmente.

El funcionamiento de organizaciones gestoras del conocimiento se puede identificar en casi cualquier civilización de importancia, tanto en el mundo antiguo (la biblioteca de Alejandría por ejemplo), como en el prehispánico (los Calmécac aztecas). La Universidad actual que comenzó a operar desde la época medieval en Europa continúa hasta nuestros días, y no es de extrañar que las grandes universidades estén en los países desarrollados, basta revisar cualquiera de los rankings. La coincidencia no es casualidad, ya que cualquier sociedad que aspire al desarrollo -póngasele el apellido que se desee: económico, cultural, tecnológico, artístico, social, humano, sustentable- se basa en una buena gestión del conocimiento, y para ello el rol de las Universidades es esencial.

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