Vuelve la tradición y color del Festival de Vida y Muerte
Un ambiente permeado de olor a copal, caminos teñidos de naranja por las flores de cempasúchil y el corazón de una sociedad agradecida por vivir y revivir este gran festival es lo que se respiraba en el primer día de actividades en el parque Xcaret.
Un festín de olores, colores y sabores envueltos en múltiples manifestaciones artísticas son los ingredientes principales de la edición número 15 del Festival de Tradiciones de Vida y Muerte del parque Xcaret, el cual celebra su regreso presencial con un aforo de 65%, teniendo como estado invitado a Quintana Roo, el lugar donde se gestó este evento que enaltece una de las tradiciones más bellas de México como es el Día de Muertos.
Desde el acceso al parque, el olor a copal y caminos pintados de color naranja por las Flores de cempasúchil, reciben a los miles de visitantes, que ataviados con trajes regionales, disfrazados o maquillados de catrinas y catrines, y con el inseparable cubrebocas, arriban al parque dispuestos a honrar a sus difuntos y celebrar la vida.
El protocolo inaugural fue emotivo por dos razones, el parque vuelve a cobrar vida y a llenarse de color con este icónico festival que tras la pandemia abre sus puertas al público para celebrar 15 años y lo hace con una ceremonia tradicional Maya en la que se recordó al recién fallecido sacerdote Maya Crescencio Pat Cahuich, quien durante 14 años ofició este ritual, previo al corte de la guirnalda de Flores de cempasúchil; ahora tocó el turno de Mauro Yamá Ek, escribano del Centro Ceremonial Maya de Tixcacal.
En esta edición de aniversario, los asistentes pudieron apreciar la elaboración del tradicional Mucbipollo, enterrado y cocido con leña, el delicioso pescado Tikin Xic y no podía faltar la cochinita, los salbutes y el queso relleno de los vecinos de Mérida, Yucatán.
Diferentes escenarios a lo largo del parque llegaron espectáculos de artistas locales y nacionales, cómo el ballet Tumben Huhub, la compañía de teatro La Trouppe, la simpática Ruperta Pérez Sosa y el gran maestro Ignacio López Tarso con la puesta emblemática, alusiva a la época, Macario.
Un verdadero deleite para todos los sentidos resultó el primer día de actividades del Festival que estará hasta el 2 de noviembre de manera presencial y con programación digital a través de las redes de Xcaret.