“Yo investigue por mi cuenta, proporcioné datos a la Fiscalía sobre lugares y personas que pudieran conocer el paradero de mi Nohemí; datos que pudieran estar involucrados en su desaparición… pero nadie me hizo caso”, reveló Juan Manuel Dzul Chan, padre de Leydi Nohemí Dzul Domínguez, quien desapareció hace 15 meses en Cozumel.

Aseguró que cuando proporcionaba información, los agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) y ministerios públicos le pedían santo y seña de sus fuentes, supuestamente para consultarlas.

Juan Manuel considera que el principal sospechoso de la desaparición de su hija es Diego N, pareja sentimental que la golpeaba y amenazaba de muerte.

Afirma que esta persona llegó a Quintana Roo huyendo de Chiapas, donde presuntamente asesinó a una de sus parejas sentimentales. Todos estos datos los informó a la fiscalía, pero nadie siguió esa línea de investigación.

De acuerdo con la narrativa del Juan Dzul, los datos que recabó fueron entre personas que conocieron a Leydi Nohemí y al parecer logró más que la propia Fiscalía.

Asegura que desde hace muchos meses no tiene contactó con la dependencia y que se enteró del hallazgo de los restos de un cuerpo gracias a los medios de comunicación.

Otra situación irregular es que, aunque solicitó una copia del expediente del caso de su hija, la fiscalía se lo negó.

Expareja de Leydi Nohemí tardó siete días en denunciar la desaparición

Dijo además que la expareja de su hija, Diego, esperó siete días para poner la denuncia de su desaparición.

"Mi hija salió a trabajar el 31 de octubre de 2020 y su ultimo ubicación conocida, gracias a su teléfono fue el 1 de noviembre de ese año a las 05:20 de la mañana".

A los cinco meses, la cuenta de WhatsApp de su hija fue cancelada, lo que indica que alguien hizo uso del celular y eliminó toda la información que contenía.

Dijo que en la Fiscalía no le aceptaron la denuncia en contra de la pareja de su hija, quien la golpeaba, encerraba y la amenazó de muerte varias veces.

Agregó que una semana después abandonó la isla y que el presunto tenía ocho chips que utilizaban para hacer llamadas. Luego de iniciar las investigaciones por cuenta propia, recibió amenazas por medio del teléfono de su hija para que no siguieran investigando.

El último contacto que tuvo con personal de la Fiscalía fue cuando notificó que existían elementos para, ahora sí, presentar una denuncia en contra de Diego "N".

De acuerdo con su relató, el caso fue denunciado ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo.

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