Cambio climático afecta a la economía

El mundo se ha calentado rápidamente 1,1 grados celsius por encima de los niveles preindustriales.

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Mientras el mundo lucha contra sequías históricas, incendios forestales que alteran el paisaje e inundaciones mortales, un histórico informe de científicos del mundo dice que la ventana se está cerrando rápidamente para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y evitar cambios catastróficos que transformarían la vida tal como la conocemos.

 

El informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas IPCC dice que el mundo se ha calentado rápidamente 1,1 grados celsius por encima de los niveles preindustriales, y ahora se está precipitando hacia los 1,5 grados, un umbral crítico por el que los líderes mundiales acordaron que el calentamiento debe permanecer por debajo para evitar un empeoramiento de los impactos. Solo mediante la realización de recortes profundos en las emisiones de gases de efecto invernadero, y al mismo tiempo eliminando el dióxido de carbono de la atmósfera, podremos detener la tendencia precipitada.

 

El cambio climático no solo es una seria amenaza para el planeta y las personas, también lo es para la economía mundial. Se trata de un problema que requiere de la colaboración entre el sector público y el privado para cambiar el modelo productivo hacia otro que garantice e impulse el desarrollo y el crecimiento económico sostenible.

 

Además de su grave impacto sobre el medio ambiente y las personas, el cambio climático también es una de las mayores amenazas para la estabilidad económica. Las olas de calor merman la capacidad de trabajo y la productividad. Los huracanes, ciclones y tifones dejan a millones de personas en la más absoluta pobreza tras arrasar poblaciones con total indiferencia. Y las sequías reducen las cosechas, dificultando cada vez más la ardua tarea de alimentar a una población mundial que promete alcanzar los 10.000 millones de personas en 2050 (Perspectivas de la Población Mundial 2019, ONU). Y el Banco Mundial advierte: si no adoptamos medidas de carácter urgente los impactos del cambio climático podrían empujar a la pobreza a 100 millones de personas más en 2030.

 

Considerada hasta hace poco una simple externalidad, la salud del medio ambiente ha pasado a desempeñar un papel clave en los modelos de los economistas actuales. A pesar de las iniciales reticencias de la comunidad empresarial, cada vez más estudios y actuaciones demuestran que las medidas destinadas a combatir el calentamiento global son una oportunidad de oro para garantizar el desarrollo sostenible e impulsar el crecimiento económico. Como explica la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima en un informe de finales de 2018, la adopción de medidas de acción climática ambiciosas podría generar unos beneficios económicos de 26 billones de dólares hasta el año 2030, así como 65 millones de nuevos empleos con bajas emisiones de carbono.

 

De acuerdo con este informe, para construir un modelo de crecimiento más resiliente y beneficioso para las personas debemos acelerar la transformación estructural en cinco sectores económicos clave:

 

Sistemas de energías limpias: La descarbonización de los sistemas de energía combinada con tecnologías de electrificación descentralizadas y habilitadas digitalmente puede proporcionar acceso a servicios de energía modernos a los 1.000 millones de personas que actualmente carecen de ella.

 

Desarrollos urbanos más inteligentes: Ciudades más compactas, conectadas y coordinadas nos ahorrarían 17 billones de dólares hasta 2050 y estimularían el crecimiento económico mejorando el acceso a trabajo y viviendas.

 

Uso sostenible de la tierra: El cambio a formas de agricultura más sostenibles combinadas con una fuerte protección forestal podría generar unos beneficios económicos de alrededor de 2 billones de dólares al año.

 

Gestión inteligente del agua: Las zonas con escasez de agua podrían ver cómo su PIB cae hasta un 6% en 2050. Esto puede evitarse usando el agua de manera más eficiente a través de mejoras tecnológicas y de la inversión en infraestructura pública.

 

Economía circular industrial: Hoy, el 95% del valor del material de embalaje de plástico —hasta 120.000 millones de dólares anuales— se pierde tras el primer uso. Políticas que fomenten un uso más circular y eficiente de los materiales podrían mejorar la actividad económica mundial y reducir los desechos y la contaminación.

 

Al mismo tiempo, la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima insta a los líderes del sector público y privado a tomar las siguientes medidas de carácter urgente en los próximos dos o tres años: fijar un precio al carbono, obligar a las empresas a divulgar los riesgos financieros relacionados con el clima, acelerar la inversión en infraestructura sostenible, aprovechar al máximo el poder del sector privado potenciando la innovación y avanzando en la transparencia de la cadena de valor, y adoptar un enfoque centrado en las personas para asegurar un crecimiento equitativo y una transición justa.

 

Desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se señala que aún no es tarde para revertir el cambio climático y minimizar sus terribles impactos. Y lo cierto es que la humanidad tiene hoy día la capacidad organizativa y tecnológica para compensar y restituir todos los daños causados al planeta, y reconciliarse nuevamente con la naturaleza. 

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