2013, Monsanto y el secretario Enrique Martínez
Que tendrán que resolverse pronto para empatarlas con las grandes acciones que se planean desde el primer mes de gobierno en otras materias.
¿Tendremos maíz transgénico por doquier en la administración de Enrique Peña Nieto? ¿Se solucionarán los rezagos en la reglamentación para las semillas genéticamente modificadas a partir del nuevo gobierno? ¿Nos volveremos competitivos en el campo, o continuará el rezago?
Esas son las preguntas más relevantes para el arranque de Enrique Martínez como secretario de Agricultura, que tendrán que resolverse pronto para empatarlas con las grandes acciones que se planean desde el primer mes de gobierno en otras materias: hacendaria, energética, telecomunicaciones.
2013 será el año de la seguridad alimentaria como prioridad de muchos gobiernos del mundo. En México será crítico el camino que se elija: si se continúa la relación con el campo a través de apoyos públicos o si se entra en una ruta de productividad decisiva donde las semillas genéticamente modificadas ayudan a detonar la conversión del campesino en agricultor.
Empresas como Monsanto, DuPont o Basf han luchado globalmente para que los países se pongan al día en la adopción de mayor tecnología para el campo. Pero el camino no es fácil. De hecho, ayer mismo el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, publicó nueva prohibiciones contra semillas de Monsanto (el maíz MON 810), luego de haber sido cabildeado por Greenpeace. Fatal.
Monsanto refrendó recientemente su compromiso a favor de una mejor tecnología para el campo: Dijo comprometerse a: “expandir la disponibilidad de híbridos de maíz con múltiples modos de acción para protegerlo contra el gusano alfilerillo”.
En un discurso el 12 de diciembre pasado el secretario Martínez aseguró que “Lo primero que debemos hacer todos es comer, tener la posibilidad, como país, de tener a autosuficiencia de nuestros propios alimentos”, y señaló que el sector primario es alta prioridad de este gobierno. Siendo así, uno esperaría que 2013 sea el año de la agricultura para México, pero de una agricultura efectivamente moderna, competitiva, tecnológicamente avanzada y de amplia disponibilidad para el crecimiento de las clases medias que habremos de experimentar.
Ojalá en 2013 dejemos atrás definitivamente atavismos y prejuicios que han rodeado al campo tantos años. Han dañado mucho.