2016: ahora qué

Tengan todos ustedes un feliz Año Nuevo (no chupen mucho trago y coman frutas y verduras).

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Estimados lectores(as), ya acabó el año 2015, es un hecho. Fue un año de altibajos, quizá más descendentes que elevados, pero la vida sigue, finalmente, y el 2016 que arranca en unas cuantas horas tampoco pinta muy generoso que se diga en casi todos los aspectos sociales.

O sea, los pobres seguirán siendo más pobres (muchos llegarán al grado de miserables); la clase media intentará no caer más profundo de lo que ya está para trasladarse a la categoría de pobretona; y, finalmente, los billetudos mantendrán su estatus. Claro, la sugerencia es no confiarse porque ya se enteraron que Carlos Slim ya no es el personaje más ultra-súper-multimillonario del orbe. Aunque parezca increíble, don Charly perdió en 2015 alrededor de 20 mil millones de dólares porque, simplemente, varios de sus “changarros” no rindieron lo esperado. ¿Qué comerán él y su familia el fin de año? Debe ser una hiper-preocupación para el magnate mexicano. Pero, de todas maneras, vio mermada su fortuna en unos cuantos “centavos”. Ojo, caballeros de altos estatus, precaución.

Entre lo malo y pésimo que termina en este año se pueden citar miles de situaciones y casos específicos, interminables de relatar en unas cuantas líneas, pero a nivel nacional continuaron las matanzas en varias partes del territorio; la guerra del narco contra el Estado Mexicano y, por supuesto, la sensacional escapada de “El Chapo” Guzmán del penal de dizque máxima seguridad en el Estado de México. Una vergüenza para las autoridades federales que, por supuesto, se corrompieron para que el “capo de todos los capos” dejara su celda, bajara sus escaleritas, arrancara una moto y atravesara un túnel elaborado para que, finalmente, emergiera del subsuelo, tomara su cervecita (botana incluida) en una casucha a medio construir y sus secuaces le dieran el “aventón” para reírse cínicamente de sus custodios, principalmente del mandatario Enrique Peña Nieto y de su gabinete de seguridad.

Y en materia económica, aunque la Federación insista en que la inflación es la más baja en México en los últimos dos sexenios, a la gente común y corriente no le interesan las cifras macroeconómicas, nada más le importa tener la suficiente plata en su cartera para procurar el mínimo de bienestar a su familia. ¿Qué nos deparará el año próximo?

PRIMERA CAIDA.- De entrada, tener la salud adecuada para enfrentar los problemas cotidianos de todos los días; pensar positivamente aunque les esté llevando la “tostada”; no hacer caso de las boberías que digan los malintencionados y, claro, tratar de estar siempre cerca de la familia. No es cursilería, sería lo óptimo.

SEGUNDA CAIDA.- No confiar a ciegas en los políticos, sobre todo cuando en etapas no electorales despilfarran la lana en coptar (que no captar) votos antes de tiempo; la vacilada de que bajarán la gasolina y el gas en enero próximo es, precisamente, un cotorreo de Hacienda federal.

TERCERA CAIDA.- Mientras son peras o perones, tengan todos ustedes un feliz Año Nuevo (no chupen mucho trago y coman frutas y verduras).

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