472 fest
La capital de Yucatán no necesita un nombre foráneo para saltar a la fama, la cual tiene desde hace muchos años, aunque sus gobiernos no sepan explotar siquiera un 50 por ciento.
Pues sí, Mérida está de pachanga por sus cumpliditos 472 añejos de edad, una buena mayoría de edad, para una gran ciudad mexicana pero que actualmente es víctima de los excesos y defectos de sus gobernantes y partes opositoras que sólo buscan, los primeros, mantenerse en el poder; y las segundas, regresar al gobierno municipal.
Y en todo este show político, resulta que al interior del Ayuntamiento se resolvió que el cumpleaños y el fiestón de la capital yucateca sea bautizado, muy al estilo gringo, como “Mérida Fest”, algo así como el festival de Mérida en términos razonablemente castellanos.
¿Cuál fue la intención de los encargados de la Dirección de Cultura, representada por Irvin Berling Villafaña -aunque los mandamases son otros pesos pesados de la Comuna y son los que mandan realmente- para colocarle tan rimbombante nombrecillo, tan estúpido como tan fuera de lugar? Es la pregunta de los 64 mil devaluados billetes nacionales.
Ciertamente que la onda gringa o anglosajona es rotular los festivales internacionales con una parte de “Fest”, como si ello fuera a calar hondo entre los visitantes nacionales y extranjeros para que caigan millones de ellos en unos cuantos días que dura el pachangón de Mérida. Pero, la neta (paleta) es que la capital de Yucatán no necesita un nombre foráneo para saltar a la fama, la cual tiene desde hace muchos años, aunque sus gobiernos no sepan explotar siquiera un 50 por ciento.
Tal vez la ocurrencia cultural del ayuntamiento panista meridano se debió a la competencia para figurar al estilo de los eventos culturales que confecciona, dirige y produce el “maestro” Jorge Esma Bazán, en el Gobierno estatal, y lógicamente las autoridades de Mérida no quisieron quedarse atrás.
Pero tampoco sería descabellado imaginar o pensar (con cierta dosis de malicia) que don Esma asesoró a don Berling (¿o es Berlín? El apellido bien podría sonar como anglosajón) para que reventara la noche del domingo pasado con el “tremendo” concierto de OV7, aquel grupo que se creía enterrado pero que, para castigo divino de miles de mexicanos, todavía se la pasa berreando y sin la presencia de Kalimba, el otrora negrito violador de dizque menores de edad. Pero no, el “maese” Esma no perdería su tiempo con grupillos, él está muy arriba: sólo Plácido Domingo, una tal Filippa Giordano y Yanni. Uf, qué muestras culturales del Mayab.
PRIMERA CAIDA.- Con un poco más de cerebelo, el Ayuntamiento podría haber titulado el cumpleaños de esta capital con algo más simple y más español. Total, los boxitos no son –como diría el Chavo del 8- ¡qué bruto, qué bárbaro! muy anglosajones que se diga.
SEGUNDA CAIDA.- Con un simple título de “Festival”, cualquier turista nacional o internacional sabe reconocer algún evento de tipo cultural. No podría imaginar, por ejemplo, que la famosa Feria de San Marcos (Aguascalientes) sea llamada “San Marcos Fest”.
TERCERA CAIDA.- ¿Y para el cierre de este festivalito, regresará OV7 pero con un “tubo”, “tubo”, de su integrante Mariana Ochoa?