Con todo  el respeto que me merecen las cámaras empresariales y los colegios de profesionales, a mí no me representan y creo que tampoco representan a “la sociedad”; si acaso, representan a sus respectivos socios, los cuales pueden ser tanto muy poderosos cuanto numerosísimos, pero no son “la sociedad”, de modo que el señor alcalde Renán Barrera Concha no puede decir que esos organismos, respetables en su mayoría, son los representantes del conglomerado humano que habita en el municipio de Mérida y que con la venía y autorización de “la sociedad” decidió que el impuesto predial debe subir un 20%.

Le llame como le llame –el usa revaluación catastral para disfrazar el aumento y dice que “sólo” va a aceitar a los propietarios de 110,000 predios-, el hecho es que, sofismas y retruécanos aparte, quienes tengan casas con valor de más de $350,000 van a pagar un 20% de más, cantidad que rebasa por mucho cualquier índice inflacionario y alza salarial que se manejan en los últimos tiempos como referentes para cualquier aumento.

Y, además, quienes lo van a pagar (toco madera para no estar entre ellos) no tienen por qué enterarse (¿por qué lo habrá mencionado el concejal, es algún mensaje cifrado para Rolando Zapata?) que eso va a beneficiar al gobierno del Estado con más participaciones porque Mérida paga el 80% del ingreso por ese gravamen.
Yo no sé si ignora don Renán –a lo mejor sí, porque tiene buen empleo y mejor sueldo-, las angustias de miles de jefes de familia que perdieron su trabajo en el sexenio del presidente del empleo y que hacerlos pagar de lo que no tienen es como meterle gasolina a un incendio. Ya de por sí encabrita pagar y  de encima nos vienen con medias verdades…