Sin abrazo de Acatempan incluido
Cárdenas habló de la necesidad de transformar al partido, de devolverle la credibilidad, mientras del PRD no paraba de reconocer la vergüenza que les daba lo de Iguala, pero que ya trabajan en resolverlo para que no vuelva a pasar.
Parecía más aburrido que un Chivas vs. Cruz Azul en Semana Santa, más deprimente que las repeticiones del Canal del Congreso en Año Nuevo, más previsible que las bajas expectativas de crecimiento, fue el encuentro Cárdenas y Navarrete.
Uno que esperaba una batalla tipo la UFC con artes marciales mixtas y portentosas okiwazas, debidamente aderezadas con martilletes implacables, y nada.
Bueno, hubo más acción en el desencuentro protagonizado por Mancera y su jefe de la Policía, al reconocer que no compartía tanto entusiasmo por las muy heroicas acciones de los granaderos durante el operativo #20novMX. Mal hecho; fue tan limpia la labor de los guardianes del orden ante el empuje de la fuerza rebelde de Luke Sky Walker —ah, no, esa es otra historia— que parece que los van a pedir a manera de refuerzos en Ferguson y Hong Kong donde los desestabilizadores hacen su nido.
Cómo estaría la cosa de desangelada en el reencuentro de Cuauhtémoc y Navarrete, que ni siquiera se tocó el tema de la renuncia propuesta por el ingeniero. Ni un atisbo inspirado siquiera en el Play de Ayutla, algo que le diera a los espectadores algo de entretenimiento de buena calidad. A lo sumo Cárdenas habló de la necesidad de transformar al partido, de devolverle la credibilidad, mientras el presidente del sol azteca no paraba de reconocer la vergüenza que les daba lo de Iguala, pero que ya trabajan en resolverlo para que no vuelva a pasar.
Lo que no explicó este gran izquierdista fueron las razones por las cuales, después de la llegada del Perderé a Guerrero, siete de cada diez personas viven en pobreza. Como que no queriendo se les olvidó el pequeño detalle de la lucha de clases y del combate a la explotación del hombre por el hombre. Bueno, igual estaba preocupado el Chucho menor porque a lo mejor ya se las olía de que el Inge le iba a jugar chueco, algo que al final ocurrió: su renuncia. Pobre Navarete, se ha de haber sentido como todo aquel que pruebe esos chocolates con la carita de nuestros senadores.
Creímos que en ese encuentro no había abrazo de Acatempan incluido, y nos equivocamos.
¿A dónde se irá Cárdenas? ¿A Morena, al Cruz Azul o al Black Friday mientras el partido que él fundara se desmorona?
Algo tan inexplicable como el anuncio que ha hecho el gobierno de la República sobre la serie de cambios que se harán próximamente. O sea, todo está tan bien que hasta parece sospechosista que se quiera arreglar lo que no está descompuesto.