Abriendo juego (2)

Movimiento Ciudadano adolece de una estructura orgánica significativa, lo que no le ha impedido disponer de posiciones de poder importantes.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Los partidos de menor tamaño, viejos y nuevos, ofrecen un panorama heterogéneo en cuanto a su presencia política y expectativas en las elecciones de junio.

El Partido Verde Ecologista de México mantiene su política de alianzas con el PRI, que sucedió a su efímero pacto con el PAN en 2000. Fortalece a este partido con leve selectividad, y canaliza sus inevitables disidencias para evitar que transiten a la oposición.

Sin intención de disputar el poder, esta dinámica le viene garantizando posiciones para su mínimo y oligárquico núcleo dirigente. Su profundo desprecio por las auténticas luchas ecológicas le ha valido su exclusión de los principales foros ecologistas del mundo, sin que el segmento ingenuo de su público lo penalice. La conservación de su registro electoral es segura.

El Partido del Trabajo llega a los comicios ya desgastado por sus conflictos internos y en especial por la escisión padecida en 2009. Enfrenta, con una estructura orgánica frágil y concentrada en pocos estados, a Morena, que en su primera participación electoral se nutrirá principalmente de los votantes decepcionados de, entre otros, el PT.

En este contexto, su anunciada alianza con el PRD en un número importante de distritos electorales federales resulta lógica, pues cierra filas con el menos débil competidor del partido de Andrés López. Su principal reto es conservar el registro electoral.

Movimiento Ciudadano, por su parte, adolece de una estructura orgánica significativa, lo que no le ha impedido disponer de posiciones de poder importantes.

Esto lo ha logrado a partir de sus fuerzas regionales, de pactos con disidentes importantes de otros partidos, principalmente el PRI, o con figuras públicas relevantes, y de diversas alianzas electorales y políticas. Esta política le ha permitido incluso alcanzar una gubernatura, la de Oaxaca. Su meta prioritaria es mantener el registro.

Nueva Alianza llega a la elección afectada, en principio, por la caída política de Elba Esther Gordillo. Su estructura sigue descansando en el magisterio, lo cual le garantiza una fuerza organizada y eficaz, aunque de tamaño menor y reducida por el peso del PRI en el mismo sector. La conservación de su registro está en duda.

De los nuevos competidores en esta elección hablaremos más adelante.

Lo más leído

skeleton





skeleton