Abuxapqui y Cheluja, fuera de peligro

Como alcalde capitalino de la era del cambio, Luis Torres Llanes tiene que presentar metas realistas...

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Como alcalde capitalino de la era del cambio, Luis Torres Llanes tiene que presentar metas realistas en la revisión del trienio de su antecesor Eduardo Espinosa Abuxapqui, porque de lo contrario la decepción puede ser de escándalo. Porque han mencionado con insistencia la lista de 60 innombrables que están en la mira, dejando entrever delitos monumentales en el Ayuntamiento de Othón P. Blanco.

La revisión es amplísima, y este abanico extendido al máximo impide ubicar los tumores malignos que estarían escondidos. En este proceso no valen sentencias del populacho, sino evidencias contundentes que deben ser rastreadas por el equipo de Torres Llanes, quien tendrá que hablar con datos duros para señalar a la justicia a los malosos de Chetumal, o bien librarlos de toda sospecha.

Este 30 de noviembre nuestro alcalde cumple dos meses en la silla tan maltratada. Su balance es aceptable porque tiene que reparar a marchas forzadas la casa tan dañada no sólo por Abuxapqui, sino por Andrés Ruiz Morcillo, jefe inmediato de Torres Llanes porque fue su Secretario General.

Hay el 99.99 por ciento de posibilidades de que el juego de artillería de las revisiones desemboque en la exhibición pública de dos o tres humildes que sean obligados de devolver cinco escobas y 500 pesos de algún fondo revolvente. Cuando esto ocurra, el alcalde Luis Torres Llanes soportará durísimas críticas de los espectadores que querían ver sangre en el río Hondo.

Podrán gritar en la comarca que Eduardo Espinosa Abuxapqui y su hijo del alma Jorge Aguilar Cheluja “la supieron hacer”, o que “robaron a manos llenas”, pero lo que cuenta es lo rigurosamente demostrable, no las habladurías y chismes de tortillería.

En el tema de sus tareas ineludibles, Torres Llanes tiene que concluir la etapa de exploración de las instalaciones municipales para poner en marcha al municipio porque su período puede esfumarse en un suspiro.

Como alcalde del cambio abonado por priistas tan buenos para la transa, Luis Torres tiene que demostrar que hay una nueva filosofía de servicio ¿La habrá captado su director de Obras Públicas, Roberto Chim Interián? Vaya que hay comportamientos que deben ser vigilados a milímetros y sin parpadear. Porque Chim Interián ocupó esa dirección con Andrés Ruiz Morcillo.

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