El boxeo elegante y limpio de los Juegos Olímpicos  se acabó para darle paso a los profesionales.

Lo que se ha visto al través  de la televisión en el boxeo de Río de Janeiro es una caricatura del boxeo profesional, donde  hay marrullerías, abrazos y golpes  con los guantes abiertos en la humanidad  del púgil sin que le apliquen una sanción al agresor.

El fracaso mexicano es  lo de menos, es parte del conflicto ocasionado por un dirigente como Ricardo Contreras,  que se ha mantenido en la Federación Mexicana de Boxeo (FMB) por muchos años sin que nadie lo pueda mover a pesar que le está haciendo demasiado daño al pugilismo que alguna vez fue  amateur.

Recordamos que  en una de las visitas  de Contreras  a Mérida, éste se opuso a que personas  que buscan el crecimiento del pugilismo de aficionados en la entidad, como Mario Alfredo Ríos Urcelay o Mario Mena,  asumieran la presidencia de la Asociación estatal de este deporte; simplemente  fueron bloqueados porque estaban en el pugilismo profesional.

Luego, en la fase regional de la Olimpiada Nacional (ON)  celebrada  en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el dirigente nacional del boxeo  de aficionados Ricardo Contreras declaró que  no tenía validez porque en ese torneo participaron jueces y árbitros profesionales.

Sin embargo, en la ON  tomaron parte  los yucatecos que ganaron el regional. Se tragó sus palabras Contreras.

De nada sirvió que las autoridades del Gobierno de Yucatán se hayan preocupado  por  construir gimnasios exclusivos para amateurs si ahora los jóvenes  aficionados podrán tirar guantes con profesionales y no duden que en poco tiempo las funciones de boxeo que  realicen  los organismos filiales de la FMB  incluyan a profesionales y dichos combates sean sancionados por la agrupación estatal que comanda el entusiasta Carlos “Pescado” Sosa.

Por cierto, ayer nos llegaron  fotos de jóvenes esperando en las puertas del Centro Alto Rendimiento de Boxeo  y fue tanta la espera  que optaron por romper el candado para que pudieran entrar para entrenar porque aseguran que van 2 lunes seguidos que no aparece el encargado  del inmueble.

Por lo que piden al director del IDEY, Juan Sosa Puerto, que ordene una investigación  para conocer los motivos por los que está cerrado el gimnasio,  ya que es un sitio de entrenamiento  donde llegan todos los días jóvenes que quieren practicar el boxeo  y en un futuro ser  dignos representantes de Yucatán  en competencias regionales, nacionales  o internacionales.