Adolfo Suárez y la política de la retirada

Adolfo Suárez, secretario general de Falange Española, se convirtió, tras la muerte de Franco, en primer ministro.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La referencia se encuentra en el brillante Anatomía de un instante de Javier Cercas, la idea es de Hans Magnus Enzensberger en un ensayo en El País en 1989, hablando de los políticos modernos, los de las transiciones. 
Vale la pena rescatarlo frente a la muerte de Adolfo Suárez, uno de los políticos en quien pensaba Enzensberger. Cito fragmentos: 

***

El lugar del héroe clásico han pasado a ocuparlo en las últimas décadas otros protagonistas, en mi opinión más importante, héroes de un nuevo estilo que no representan el triunfo, la conquista, la victoria, sino la renuncia, la demolición, el desmontaje.

Ha sido Clausewitz, el clásico del pensamiento estratégico, el que ha demostrado que la retirada es la operación más difícil de todas. Esto vale también en política. El non plus ultra del arte de lo posible consiste en abandonar una posición insostenible (…) Cualquier cretino es capaz de arrojar una bomba. Mil veces más difícil es desactivarla.

Sería hora, por tanto, de que nuestros insignificantes políticos tomaran ejemplo de los especialistas del desmontaje. Las tareas que hay que solventar exigen capacidades que hay que estudiar ante todo en los modelos. (…)

Esta política exige el desmontaje de industrias clave que a largo plazo no son menos peligrosas que un partido unificado. El coraje civil que se necesitaría para ello es semejante al que un funcionario comunista necesita cuando se trata de abolir el monopolio de su partido.

En lugar de esto, nuestra clase política se ejercita en posturas necias de vencedores y mentiras de autocomplacencia y vanidad. Triunfa levantando muros y cree que va a dominar el futuro quedándose sentada fuera. Del imperativo moral de la renuncia no siente nada. El arte de la retirada le es ajeno. Tienen mucho que aprender nuestros políticos.

Adolfo Suárez, secretario general de Falange Española, se convirtió, tras la muerte de Franco, en primer ministro. En un golpe de mano exactamente planeado desmanteló el régimen, despojó de poder a su propio partido unificado y sacó adelante una Constitución democrática: una operación tan difícil como arriesgada, que Suárez llevó a cabo con arrojo personal y brillantez política.

***

Descanse en paz el arquitecto de la transición española. 

Lo más leído

skeleton





skeleton