Que el delegado de la Semarnat, Jorge Carlos Berlín Montero, como  político, tiene aspiraciones bien definidas y lo demostró el sábado pasado en la inauguración de los juegos deportivos y culturales del sector al expresar, en un evidente lapsus: “Cuando vayamos al congreso, perdón a la competencia nacional”.

Que a los ciudadanos comunes y corrientes se les muestra un espectáculo intimidante cuando entran al Palacio Municipal y osan llegar hasta las oficinas del alcalde y los regidores, ya que personal de “seguridad” -de esos con el infaltable chicharito pegado a la oreja- lo abordan y con tono prepotente le preguntan qué o a quién buscan y hasta lo rodean entre dos o tres. Pareciera que el edificio no es público y que cualquiera tiene derecho de llegar hasta donde están sus mandatarios (mandaderos) sin trabas ni obstáculos. Y no se diga de las secretarias que ya mero le piden a uno hasta su pedigrí.

Que una de las grandes apuestas de este sexenio en Yucatán es a la ciencia y, sobre todo, a inculcar a niños y jóvenes que un científico no es un ser de otro planeta, sino una persona como cualquiera, para que se animen a imitarlo, y también a demostrar que la ciencia es útil y puede ser rentable como profesión y como generadora de bienes y servicios.

Que en relación con la ciencia, Yucatán es líder mundial en la investigación relacionada con el picor de los chiles y por ese motivo en breve científicos yucatecos irán a Ginebra, a una reunión de la ONU para establecer estándares internacionales respecto de la clasificación de los chiles.