Que la exposición “Las fuerzas armadas, pasión por servir a México” sigue despertando curiosidad y simpatía y generando expectación entre miles de yucatecos que han acudido o planean acudir a admirar el armamento y los aparatos aéreos y terrestres con que cuenta la milicia mexicana para cumplir su labor, pero sobre todo llama la atención el talante pacifista y de servicio social de los uniformados, quienes son los primeros en acudir a los sitios donde las desgracias causan desastres y los últimos en retirarse. Los mexicanos, como se ha visto, están orgullosos de su Ejército y de su Marina.

Que en Yucatán, a la par que el respeto a las fuerzas armadas, se tiene en particular buena estima a la policía uniformada, uno de cuyos mayores logros es que casi el 90 por ciento de sus integrantes son yucatecos que tienen a sus familias viviendo sobre todo en las comunidades rurales, algo de lo cual siempre ha presumido su comandante, Luis Felipe Saidén Ojeda, quien considera que ese es el motivo de que sus agentes pongan especial cuidado en cumplir su labor, ya que de ese modo protegen a sus familias.

Que algunos atletas padecen por los problemas políticos de intereses personales que enfrentan entre sí a directivos de las diversas asociaciones, como es el caso del atletismo y el básquetbol, por mencionar dos disciplinas en las que son más evidentes los roces entre facciones que se disputan el mando porque en muchos casos son un jugoso filón, aunque así dañen a los atletas.