La alcaldesa de Puerto Morelos, la verde ecologista Laura Lynn Fernández Piña, puede dar el mejor obsequio navideño a los habitantes del nuevo municipio desprendido de Cancún. Retirar la bota de Aguakan y abrir las puertas a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) fue una promesa de campaña de la ex priista que estaría dando la noticia del año a nivel de Ayuntamientos.

Aguakan ha estado presente en Cancún desde mediados de la década de los 90 –por decisión del gobernador priista Mario Villanueva Madrid–, y Puerto Morelos formaba parte de ese municipio, el de Benito Juárez. Pero ya como undécimo municipio puede elegir su camino en libertad, oportunidad que aprovechó la alcaldesa para lanzar su grito de independencia, mirando con insistencia hacia la CAPA.

El Cabildo a una sola voz secundó a Laura Fernández, quien aprovechó el nacimiento de este vigoroso municipio que debe evolucionar sin ataduras, como planteó la alcaldesa en campaña.

Y la CAPA ha dejado que corra el agua, con esos plazos burocráticos que pueden precipitarse o marchar en cámara lenta, dependiendo de la voluntad política. Pero este jueves se efectuará la reunión del Consejo de Administración de la CAPA para tomar una decisión tan vital como el líquido suministrado. CAPA o Aguakan, esa es la incógnita para Puerto Morelos. 

Si CAPA acepta retornar a Puerto Morelos, será creado el órgano municipal operador y presenciaríamos un salto de altura. Pero una negativa del organismo que encabeza el perredista Gerardo Mora Vallejo sería una manifestación de incongruencia. 

Mientras gran parte de los alcaldes se refugia en la agenda del bacheo –muy importante, pero tan sólo una parte del desafío–, la alcaldesa de Puerto Morelos puede cumplir uno de los objetivos más importantes de su plan de trabajo, ya que tendrá una repercusión política y en los bolsillos de todas las familias de esa demarcación debutante.

En Chetumal, el ex priista Luis Torres Llanes necesita dar un campanazo a la altura de las expectativas generadas por su triunfo. Porque el habitante de este municipio ya probó su musculatura en el último proceso electoral que atropelló a un priismo enfermo de despotismo.