Aguascalientes, un ejemplo
Hace diez días estuve de nuevo en Aguascalientes y me quedé realmente sorprendido de lo que en estos casi tres lustros ha alcanzado esta ciudad en el manejo de sus residuos sólidos.
Hace unos catorce años acudí a un congreso a Aguascalientes y coincidentemente me tocó asistir a la puesta en operaciones de su Estación de Transferencia de Residuos Sólidos Urbanos, en ese entonces la más moderna del país, condición que todavía tiene; hace diez días estuve de nuevo en Aguascalientes y me quedé realmente sorprendido de lo que en estos casi tres lustros ha alcanzado esta ciudad en el manejo de sus residuos sólidos; por principio de cuentas, creo que es con mucho la ciudad más limpia de nuestro país, habiendo alcanzado lo que en aquel acto inaugural se dijo, que era lograr, ciudadanos y gobierno juntos, un manejo integral de los residuos sólidos urbanos.
Es mucho lo que Aguascalientes ha logrado teniendo un sistema de acopio y manejo de los residuos que, cuando se puso en marcha, tuvo muchos críticos, pero que hoy todas las ciudades querrían copiar; por principio de cuentas, los residuos sólidos no se recogen vivienda por vivienda, ni negocio por negocio, sino que la ciudad tiene una red de contenedores estratégicamente ubicados en calles y espacios públicos, tanto de su Centro Histórico como de las colonias populares y los fraccionamientos más exclusivos, en los que todos depositan sus residuos sólidos de manera separada y limpia.
Estos contenedores son vaciados tres veces al día y permanentemente están aseados, controlándose su ubicación y operación con un sistema GPS; adicionalmente, en toda la ciudad, los propietarios de cada predio son responsables de mantener su frente limpio, actividad que todos efectúan llevando el producto de esta limpieza, básicamente hojas de los árboles, a los contenedores para su aprovechamiento en la producción de composta.
Gracias a este sistema integral de manejo de los residuos sólidos totalmente respetado por sus habitantes, Aguascalientes en diez años ha reciclado papel y cartón en un volumen que equivaldría a evitar la tala de unos 13,000 árboles; en el caso de los residuos orgánicos, además de la producción de composta, que ha servido para la mejora continua de sus parques y jardines, en el proceso de su biodigestión se ha producido energía con un beneficio para la ciudad superior a los 8 millones de pesos. Y nosotros, ¿dónde estamos?