¿Ahora resulta que Camacho era insignificante, señor Salinas?
“Llegó un momento en el que él ya se había vuelto irrelevante, pues yo ya no recuerdo ese documento”, dijo el expresidente del entonces comisionado para la Paz en Chiapas.
Bienvenidos a 1994, a la feria de recuerdos y justificaciones sobre Chiapas, el EZLN, Salinas, Colosio, Zedillo, la devaluación... Encontraremos trabajos espléndidos, como las ediciones de Nexos, rollazos que apuestan a la desmemoria y reconstrucciones a partir de lo que medio se acuerdan algunos protagonistas.
Creo que una mezcla de lo último hay en las respuestas del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari en la entrevista que le hizo Rogelio Cárdenas Estandía, publicada en El Universal.
Si algo había que reconocerle a Salinas era la consistencia de su discurso a través de los años. No es fácil encontrar contradicciones en las entrevistas que ha concedido y lo que publicó en los libros México, un paso difícil a la modernidad (2000) y La década perdida (2008). De ahí mi sorpresa por la forma en que se expresó de Manuel Camacho, entonces comisionado para la Paz en Chiapas. Dijo Salinas: “Llegó un momento en el que él ya se había vuelto irrelevante, pues yo ya no recuerdo ese documento”.
¿Insignificante? El lunes 29 de agosto de 1994, Raymundo Riva Palacio y yo publicamos una entrevista a Salinas en Reforma, donde habló largo y elogiosamente sobre Camacho. Dijo, por ejemplo: “Yo tengo un gran aprecio por la labor de Manuel Camacho. No solo por la amistad que tenemos entre los dos, sino por el trabajo que desarrolló (…) Su desempeño como comisionado para la Paz en Chiapas también contribuyó, de manera importantísima, a que la solución del problema se acreditara por la vía de la política”.
¿Insignificante en 1994? Carlos Salinas sabe muy bien que eso no es cierto.