Ahora sí

Si, como dicen los panistas, los gatos tardan siete días en abrir los ojos, los priistas tardaron poco más de dos años, aunque más vale tarde que nunca.

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Parece que a los del PRI por fin les cayó el veinte, a sus dirigentes que no a sus bases, pues su secretaria general descubrió que de lo que se trata es de defender su proyecto de nación y de no permitir más agravios al presidente, a escasos dos años de las elecciones presidenciales.

En su mensaje deja entrever que la inacción de la cúpula partidista, diputados federales y senadores incluidos, ante los agravios a la figura presidencial y a los ejecutivos de los estados fue producto de un acuerdo  para sacar adelante las Reformas Estructurales. En otras palabras, no meter las manos ni para defenderse, haciéndose de la vista gorda ante los desaciertos y la corrupción manifiesta de los demás partidos como el PAN y el PRD.

Acuerdo del cual participan muy alegremente medios de comunicación que, lo mismo que la cúpula empresarial, estaban conscientes  de la importancia de aprobar tales reformas, pero permitieron la crítica descarnada en contra de su principal promotor, el presidente Enrique Peña Nieto.

Lo inusitado es que los priistas se mantuvieron fieles a ese pacto por más de dos años, luego de haber obtenido los votos necesarios para su aprobación, y es sólo  a partir de ahora cuando empresarios y medios tratan de imponer una alternancia forzada hacia la derecha, con Margarita Zavala como candidata, que se dan cuenta del tiempo perdido. 

Porque con el argumento de la necesidad  de cerrarle el paso a Andrés Manuel López Obrador, lo que tratan es de revivir la estrategia de voto útil presionando el PRI para que, haciéndose a un lado, acepte su descarte en 2018. Sin embargo, el mensaje de la secretaria general del tricolor puede entenderse como una negativa a negociar la Presidencia.

Porque lo que está en disputa no es sólo la conservación de la Presidencia para el PRI, sino también el futuro de las Reformas Estructurales que el PAN, en doce años de gobierno, fue incapaz de llevar al cabo y que tampoco tendría la atingencia necesaria para conducirlas  por buen camino.

Como en el caso de la Reforma Educativa, donde Enrique Peña Nieto se propuso al fin retomar la rectoría del Estado en la materia, en tanto que el PAN no dudó en utilizar al magisterio como mapaches y promotores del voto, con Elba Esther Gordillo, a quien tampoco dudaron en hacerla partícipe del reparto del botín, donde el gobernador electo de Veracruz tuvo una participación muy protagónica.

Si, como dicen los panistas, los gatos tardan siete días en abrir los ojos, los priistas tardaron poco más de dos años, aunque más vale tarde que nunca.

Cosecha.- A fin de cuentas la delegación mexicana en las Olimpiadas de Río de Janeiro cosechó cinco medallas de manos de Lupita González, Rosario Espinoza, Marcelo Hernández, Germán Sánchez y Misael Rodríguez. Por supuesto ni el crédito ni el demérito son del gobierno ni de las asociaciones deportivas que simplemente no les pusieron mayores obstáculos para impedir su participación.

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