Alarma

Las instituciones, sobre todo las asociaciones privadas, hacen un esfuerzo admirable por atender las necesidades de los más necesitados, pero es insuficiente.

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Es imperativo parar esta inercia, invertir la conducta, política y comercial.

Entrar a un nuevo diseño de pensamiento en el que podamos realmente sentirnos y ser útiles a los demás, que son muchos, y olvidarnos  un poco de nosotros, que somos pocos.

Si tan sólo realizáramos este ejercicio con los que están cerca de nosotros, nuestros próximos, nuestros prójimos, podríamos frenar esta espiral de degradación.

Las instituciones, sobre todo las asociaciones privadas, hacen un esfuerzo admirable por atender las necesidades de los más necesitados, pero  es insuficiente, es necesario ponernos en el lugar de ellos para comprender qué está sucediendo realmente con nuestra sociedad, por qué  tanto suicidio. Este flagelo ya tiene características de epidemia y debe ser tratado como tema de salud pública. Me atrevo a decir que hay más suicidas en potencia que fibromiálgicos.

Saber el porqué, no verlo como un  evento aislado y pensar que algo podemos hacer para evitarlo es imperativo. Acciones y programas relumbrantes sin resultados… no cuentan. 

¿Es necesario que un pensionado en pleno uso de sus facultades se prenda fuego en la plaza grande u opte por la muerte asistida en salud, para evitar el señalamiento de la sociedad a sus deudos? Ya veo el suicidio sin violencia, la muerte asistida en salud, como un futuro no lejano. Esto ya sucede en algunos estados de la Unión Americana y países de Europa.

ENTRE OTRAS COSAS, ya no existen engañadores, ahora sólo existen engañados. Queda claro, cuando individuos, aun sabiendo el desprestigio que acarrean a su nombre ciertas actividades, promueven a su descendencia para que las continúe.

No los están engañando, son  los engañados que no aceptan que deben inducirlos hacia actividades que ayuden a la humanidad, como la docencia responsable, la medicina y, por qué no, el trabajo social que les permita devolver un poco de lo mucho que  han esquilmado al  pueblo tan necesitado.

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