Alas de Libertad, una cinta llena de misticismo
En el filme francés la parte mágica se entrelazando de a poco y consigue consolidar la parte emotiva, de la cual tiene mucho.
Cuando hablamos de una película mágica, la memoria usualmente encuentra referencias entre los recuerdos, de cintas sobre hadas, ogros, princesas y reinos encantados, elementos del todo alejados del filme que a continuación hablaré: “Alas de Libertad” (Bird People).
La cineasta francesa, Pascale Ferran, quien obtuviera en 1994 la Cámara de Oro en Cannes por su cinta “En buenos términos con los muertos”, consigue construir un relato en el que se llega a perder la percepción entre la realidad y la fantasía, usando como el principal recurso para ello a las aves y de ahí la obvia significación del título.
El filme, narra la historia de Audrey Camuzet (Anaïs Demoustier), una estudiante que trabaja como camarera en un hotel donde un estadounidense llamado Gary Newman (Josh Charles), que se dedica a los negocios, llega de visita a París. Ahí pierde deliberadamente su vuelo y decide dejar su trabajo, divorciarse de su esposa y permanecer en Francia, sin pensar en las consecuencias.
Así pues, lo que aparentemente es un viaje de negocios de rutina, se transforma en el revulsivo de la vida de Gary, quien da un vuelco de 180 grados a todo su mundo, que aparentemente –a pesar de su esposa e hijos- se encuentra vacío y sin rumbo evidente.
Las piezas de este estructurado argumento concentran un toque de magia y misticismo que en un principio no se concibe como algo congruente, sin embargo, con el transcurrir del filme, la parte mágica se entrelazando de a poco y consigue consolidar la parte emotiva, de la cual tiene mucho la cinta.
La fotografía, por momentos postalera, nos ofrece un ligero repaso por las clásicas imágenes de París, lo cual considero un acierto de Julien Hirsch, cinefotógrafo de cabecera de la cineasta Pascale Ferran.
Sin caer en la perfección, el filme francés resulta bueno y recomendable con algunas reservas, pues tiene sus notorias deficiencias, sobre todo en materia de desenlace, el cual resulta un tanto predecible, porque se sale de la dinámica argumental que lleva el resto de la película.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistirá a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected]