¿Algún pejista le contestará a Costa Bonino?

"López Obrador contó con una maravillosa campaña que lo llevó a un lugar donde ni él pensaba llegar en la elección de 2012": Costa Bonino.

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Leí el relato que publicó hace unos días Luis Costa Bonino, consultor político-electoral uruguayo y, por varios meses, asesor de Andrés Manuel López Obrador en su campaña del año pasado. 

Las más de 14 mil palabras han causado cierta polvareda en las redes sociales, algunos blogs de la izquierda y hasta una conversación en Twitter entre el consultor y Enrique Krauze.

Lleno de adjetivos en contra su exasesorado —curiosa manera de conseguir nuevos clientes—, el argumento del relato se resume bien con uno de sus últimos párrafos: “López Obrador contó con una maravillosa campaña que lo llevó a un lugar donde ni él pensaba llegar en la elección de 2012. Tuvo el triunfo asegurado, pero el mismo día que tuvo la victoria electoral en sus manos, renunció a ella. Rompió, terminó, destruyó el equipo que lo había hecho posible. Le regaló la Presidencia de México a su adversario”. 

El detalle es que en esta versión de la historia la “maravillosa campaña” era la que había hecho Costa Bonino, el triunfo se había “asegurado” gracias a Costa Bonino, el equipo que lo “había hecho posible” era el de Costa Bonino y si AMLO no ganó fue porque rompió con…Costa Bonino. 

Si elogio en boca propia es vitupero, el texto es un monumento. En ese sentido es poco útil. 

Si no tiene medida en elogiarse, Costa tampoco se mide para acusar al “primer círculo” de López Obrador de sabotear a su candidato, de ocultar información, de incumplir acuerdos y de actuar para que no ganara. Insinúa como traidores a personajes como César Yáñez, Rogelio Jiménez o Adolfo Hellmund, por años hombres de las absolutas confianzas de El Peje. 

Dice que los empresarios regiomontanos nunca dieron el dinero comprometido y “personajes del gobierno del DF” trabajaron abiertamente contra la campaña. “Salvavidas de plomo”, le llama a Marcelo Ebrard. 

En fin, es un ego que no deja títere sin cabeza salvo, por supuesto, la de Luis Mandoki. El cineasta convertido en propagandista de AMLO desde hace siete años que recomendó a Costa con el candidato y con quien hizo (y cobró) algunos spots de campaña.

No deja de sorprenderme el silencio de los aludidos ante la andanada del consultor que se hiciera famoso por los audios del charolazo. 

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