Ali Vs Rocky
Rocky Balboa estaba libremente basado en un legendario combate que Mohammad Ali había sostenido contra Chuck Webner.
La anécdota fue contada por Sylvester Stallone en 1977, poco antes de recibir su único Oscar al mejor guión por la ya clásica película “Rocky” (1976): su personaje, Rocky Balboa, estaba libremente basado en un legendario combate que Mohammad Ali había sostenido un año antes contra Chuck Webner, modelo del cual extrapoló al mítico “Semental Italiano” de la ficción cinematográfica.
Apolo Creed, como habrán de imaginar, es casi un calco del Ali extravagante, presumido, bocón y veloz como un rayo que pudimos ver en la pantalla grande. Pero la historia detrás del filme parece tomada de algún best seller. “El Sangrador de Bayonne”, como lo llamaban debido a la fragilidad de sus cejas.
Wepner, de origen judío y originario de Nueva Jersey, nunca había sido un contendiente serio dentro del mundo boxístico, a pesar de haberse enfrentado tanto a Foreman como a Frazier, en ese entonces dos de los más grandes campeones del mundo. Sin embargo después de la victoria de Muhammad en Kinshasa, Zaire, en 1974, Don King, que originalmente lo tenía contemplado para retador de Foreman, ante el inesperado resultado, no tuvo más remedio que enfrentarlo al más grande de los púgiles del mundo.
El monstruo de casi dos metros no podía tener oportunidad. A sus 36 años ya iba de salida en una carrera un tanto gris, pero por fin tendría la ocasión de pelear por un título. Ali a sus 32 años, venía de un momento anímico tremendo después de su triunfo contra todo pronóstico. No obstante, los legendarios combates del boxeo se hacen así, totalmente inesperados al grado de quedar grabados en el recuerdo.
Ali lo presionó desde el principio y Chuck, idéntico a Rocky, no era más que un bulto, un punching bag donde aterrizaban todos los golpes rápidos y certeros del campeón, que no dejaba de latiguearlo con sus molestos jabs. Toda su humanidad estaba en juego, mas nadie auguraba que lograría llegar al histórico noveno round, donde un golpe desesperado y agónico tumbó al entonces imbatible Ali, que sólo había caído una vez en su carrera.
El público no cabía en sí, el otrora Cassius Clay se levantó de la lona rápidamente, propinando una paliza a Wepner. Sangrante y con los ojos cerrados, Chuck llegó hasta el decimoquinto round, donde, al igual que en la película, cuando el réferi le preguntó cuántos dedos veía, sólo alcanzó a responder “tres”, igual que los pellizcos que su manager le indicó. Así salió a boxear ese round, dispuesto a jugarse la vida y morir en el intento ante la mirada atónita de Ali, que no podía creerlo.
19 segundos antes del campanazo final, “el verdadero Rocky” como todavía hoy lo saludan por la calle, perdió por nocáut técnico.