Alimentar la hoguera
Yo veo una necesidad enorme de mostrar imágenes triunfantes, misteriosas, exploradoras del mundo, el regodeo de una felicidad virtual, validada únicamente por los 'likes'.
Se atribuye a Andy Warhol: “En un futuro todos tendremos 15 minutos de fama”. Frase que lo coloca como un visionario, un adivino de estos tiempos, pues su frase se ha cumplido con el uso masivo de las redes sociales. Lo interesante es cómo usa cada quien sus 15 minutos, de qué manera recorremos el intrincado y fugaz camino de la popularidad. La constante aparición de “Ladies” y “Lords” mantiene los medios ardiendo, distrayéndonos de lo importante y convirtiéndonos en seres que alimentan hogueras para quemar al otro. “Por sus redes los conoceréis”, dicen por ahí.
Yo veo una necesidad enorme de mostrar imágenes triunfantes, misteriosas, exploradoras del mundo, el regodeo de una felicidad virtual, validada únicamente por los “likes”. Jugamos a perder el derecho al anonimato que nos permite enojarnos o equivocarnos sin volver de ello un suceso mundial que ha llevado gente al suicidio. Vivimos la inmediatez sin límites. No somos conscientes de que al irrespetar la intimidad del otro acepto que irrespeten la mía.
Si bien es cierto que la gente ha denunciado negligencia, abuso y discriminación al convertir sus teléfonos en armas que documentan sucesos lamentables, también es cierto que hemos rebasado esos sucesos para convertir cualquier error en carne de Facebook.
Leí por ahí que pudimos hacer de las redes un espacio amoroso e inspirador. Pero preferimos convertirlo en un espacio hostil y destructivo. Por una parte nos declaramos anti-violencia pero somos poco conscientes de cuán violento es compartir material que se burla de alguien por su peinado, raza o nombre, por su equívoco o por un beso. Para mí lo importante no es material de Facebook, lo importante es material para la vida real, esa que suele tener reveses y dejarnos en la lona por un rato.
Supongo que como la tecnología avanza y los tiempos se transforman, así transformaremos nuestra forma de fluir con las redes sin seguir el juego mediático. Alguien me dijo que empleamos la misma energía en destruir que en construir. Espero que estemos cerca de esa conciencia; en este mundo tan herido, es importante hacer conciencia de nuestra enorme capacidad constructora, creativa y vital.