Alonso Gutiérrez, un ciclo completo

La muestra del artista plástico Alonso Gutiérrez representa un ciclo completo de 52 años.

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Como materialización de una vieja idea, en la Galería del Centro Cultural Hotel Posada Toledo, se inauguró el pasado 6 de diciembre la exposición Alonso, apuntes, proyectos y bocetos en pequeño formato 1961-2013, una selección de trabajos de Alonso Gutiérrez hechos a lo largo de 52 años a manera de comentario visual de la realidad o preparación para una obra mayor, no por ello menos logrados. 

En la inauguración, Elizabeth Pasos Millet, directora del Centro y promotora incansable, comentó que la muestra representa un ciclo completo de 52 años, como el de la renovación del fuego en el tiempo maya, que Alonso viene a cumplir en una casa que le es familiar y que él mismo contribuyó a convertir en un espacio cultural: “presentar en este espacio sus bocetos, sus proyectos y observar un ciclo… la insistencia del artista, el azul, la barca, el mar, el fragmento y, dentro de todo, la luz…” 

La exposición es sorprendente por muchas razones. La primera, tal vez, la de percibir el tiempo dilatado en el que hemos contado con la obra de uno de los grandes artistas de la plástica yucateca, creación que abarca múltiples terrenos en los que ha sido maestro, en el sentido principal de la ejecución magistral y en el no menos importante de la formación de artistas y de públicos para los que su obra es un referente obligado. Ni que decir de su prolija actividad como promotor cultural. 

Para el recuerdo, una especie de “collage” en la exposición presenta bosquejos a lápiz del maestro y una nota periodística de 1961 en la que se anuncia que en el local de la Financiera del Sureste Alonso hará un mural con técnicas novedosísimas. ¿Existirá esa pintura, como aún se preserva el mural de mosaicos con el que años después Alonso dignificaría el árido edificio de Cordemex? ¿Tendrá Alonso inventariada, cartografiada o al menos gruesamente cuantificada la vastedad y diversidad de su obra?

Otro rasgo que no por ser ampliamente reconocido dejamos de mencionar, es el del rigor y consistencia técnica de la obra de Alonso, en tiempos en los que muchos equivocados creen que el arrebatado lirismo o la autocomplacencia pueden sustituir la técnica y el oficio, esto en todas las artes pero más en las visuales, en las que pintar “desbaratao” sirve algunas veces como camuflaje de no saber pintar. Los apuntes y bocetos de Alonso muestran ese rigor sin concesiones y la sorpresa de ver en ese pequeño formato precursor una obra mayor.

Lástima que no hubo oportunidad de presentar algunos ejemplos, de ver juntas la obra “chiquita” y la “grandota”, por el simple gozo de un encuentro así, que muchas veces sólo ve el autor y que intuía Rafael Alberti en una de sus liricografías: Te conoce el azul, te reconoce / el nuevo tema: / la forma, el pleno goce / de la forma, color pleno en esquema… / Pintor: en tu verdad más verdadera / todo se determina / por el cubo, el cilindro y por la esfera.

La exposición estará abierta hasta el 4 de enero. Vale la pena. 

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