Alrededor de García Ponce

Después de meses de zozobra y espera, al fin tuve la oportunidad de ver 'Alrededor de las anémonas'...

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La semana anterior, después de meses de zozobra y espera, al fin tuve la oportunidad de ver “Alrededor de las anémonas”, obra de teatro dirigida por Juan Ramón Góngora sobre la dramaturgia de Juan García Ponce, quien publicara el texto original en Obras de un escritor yucateco sobre su tierra, publicación en dos tomos acertadamente editada por la UADY en 1997.

La trama gira en torno de las vicisitudes de María (Eglé Mendiburu) y Josefina (Conchi Roche), abuelas, tías y custodias de José (Joaquín de la Rosa) y Ana (Fernanda Bolívar), los más jóvenes de una familia yucateca acomodada que vive en la Mérida de 1956, aciaga época donde el principal entretenimiento era escuchar la radio, acudir a los bailes y a la batalla de las flores del carnaval.

En la primera parte se asienta el tono de comedia que permeará el resto de la obra, con giros dramáticos que no dejan de ser jocosos, al evidenciar la idiosincrasia yucateca de la época –cuyos resabios son plenamente actuales hoy en el siglo XXI-, haciendo especial hincapié en el “qué dirán”, pues esta familia no es diferente a la de cualquiera, en especial en la forma de vincularse socialmente y respetar todas esas convenciones que ya en ese entonces podían considerarse en cualquier otra parte como algo pasado de moda.

Sobre esos conflictos intergeneracionales va tejiéndose el argumento, salpicado de modismos yucatecos y mayas (no recuerdo si en el texto de JGP venían tal cual), que los peninsulares conocemos muy bien, pues son de uso común todavía en ciertos sectores. Pero más allá de estos vasos comunicantes, una vez apagadas las risas, nos dejan ver la intención del escritor que se exilió la mayor parte de su vida en la capital: presentarnos un espejo satírico en el cual podemos vernos reflejados con todas nuestras virtudes y defectos como población.

El chisme de albarrada como deporte estatal juega un papel preponderante en los enredos que van aconteciendo entre los personajes, ya que también el ocio es un asunto cultural que continúa siendo parte de la tradición de esta tierra de lajas ardientes, donde vecinos y amigos son parte de esa red de maledicencias que nos caracteriza.

Las actuaciones de Mendiburu y Roche, primeras actrices del teatro yucateco, son magníficas, y sobre la dupla recae el peso de toda la obra. Mención aparte merecen el vestuario y la escenografía, que dan cuenta de una producción cuidada e informada. El elenco, conformado por diez actores, contribuye al ensamble coral que nos hará reír y, espero, revisarnos en cuanto a nuestras actitudes hacia los demás. La obra se estará presentando de viernes a domingo durante octubre en La Rendija Teatro. Albricias…

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