En el menú de alimentos para bebés o niños menores encontramos una amplia información sobre la palabra AMOR, desde su origen etimológico hasta sus usos más coloquiales por románticos enamorados.

Pero en la carta menú de los cortes americanos, uruguayos y argentinos, cuando ya no queremos comer más papilla sino CARNE, encontramos que AMOR es el estado de meditación profunda, cuando se vibra en frecuencias tan altas que se logra un estado en el que se pueden crear desde sensaciones y sentimientos hasta el movimiento de objetos de gran tamaño, o cambios inmediatos en la situación climática y el don de la ubicuidad.

Todo lo anterior afirmado por libros basados en experiencias unos, y otros en traducciones de antiquísimos manuscritos, que nos permiten asomar (digamos acechar) por el enorme ventanal del UNIVERSO REAL, dejando atrás el ayer y el mañana para entrar al mundo real del AQUÍ Y AHORA.

El docto consejo de “PENSAR Y ACTUAR AQUÍ Y AHORA” es tan antiguo como la historia, y se han utilizado toneladas de tinta sobre él.

Sin embargo, es también tan nuevo y tan actual como la luz del sol de cada nueva mañana.

“EL AYER YA PASÓ, EL MAÑANA ES INCIERTO, SOLO EXISTE EL HOY”, así dice el texto repetido tantas veces.

Me gustaría contar con más espacio para abundar en el tema, pero aprovechando éste, les diré: AQUÍ Y AHORA (A&A) es una fórmula infalible para sacudirse pesares y presiones y entrar aunque sea por breves momentos a esa realidad anhelada en la que el mundo irreal, creado para fastidiarnos la vida, es eclipsado, como sucede con la obscuridad,  cuando se hace la luz. Y somos felices en ese mundo real, aunque sea por breves espacios de tiempo intemporal.

ESTO ES AMOR.