Año de cambios en el magisterio

La nueva ley general del servicio profesional docente y su mano ejecutora, el Instituto Nacional de Evaluación Educativa, sembraron entre los maestros la duda sobre su futuro ante la aplicación obligatoria de la evaluación docente.

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Al iniciar el periodo vacacional de fin de año, el magisterio cerró la primera parte de este curso escolar entre sustos y cambios originados por la mal llamada reforma educativa que en realidad fue una reforma administrativa que arrancó de tajo toda injerencia del SNTE en asuntos de la SEP.

La nueva ley general del servicio profesional docente y su mano ejecutora, el Instituto Nacional de Evaluación Educativa, sembraron entre los maestros la duda sobre su futuro ante la aplicación obligatoria de la evaluación docente, pues al final deja como única salida el retiro o el cese de quienes no alcancen resultados óptimos.

Cabe mencionar que en el magisterio existen grandes grupos que defienden diferentes intereses políticos y otros que se resisten a los cambios cuando de profesionalizar el ejercicio docente se trata, lo que al final representa una fuerte oposición a las reformas aprobadas.

Los primeros cambios no se hicieron esperar, primero fue la disposición de cambiar el sistema de calificar, ya que ahora se asentará con un número entero y un decimal, algo que no ayuda en mucho y sí complica a los maestros el cálculo final de los promedios generales de los alumnos para fin de año.

Otro cambio fue la implantación en el calendario escolar de los días de reunión obligatoria del consejo técnico escolar, ejercicios de cuerpo colegiado que en los hechos no reflejan el verdadero fin que buscaban y sí se han convertido en espacios de plática y desahogo de los maestros, ya que todo se trata en el consejo y nadie se compromete al final para cumplir lo aceptado.

Los demás cambios vinieron con la publicación de las convocatorias para los estímulos a la calidad docente y la participación de los maestros en la etapa vigesimotercera de carrera magisterial, en ambos casos con la ausencia del SNTE.

En el caso de los estímulos, este año no se pagó a ningún maestro, los que se inscribieron, quedaron en lista de espera para que su director dé seguimiento a su labor y puedan justificar el incentivo. Para carrera magisterial, se inicia la transición a un nuevo esquema de reconocimiento, pero ahora bajo las nuevas reglas del INEE, desterrando para siempre las viejas prácticas cuando metía mano la Gordillo.

Si algo odian los maestros son los cambios, pero  deberán acostumbrarse, pues serán parte de su vida laboral. Los cambios son buenos si se toman con compromiso y el mismo maestro desea cambiar, de otra manera, obligadamente no funcionarán.

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