'Anomalisa', filme de amor posmo
Es una película de animación estrenada durante 2015 y que apenas llega a las salas de cine mexicanas.
Escrita y dirigida por Charlie Kaufman en colaboración con Duke Johnson, “Anomalisa” es una película de animación estrenada durante 2015 y que apenas llega a las salas de cine mexicanas. El largometraje está realizado con la técnica de cuadro por cuadro o stopmotion. Sin embargo, aunque es un filme animado no es para niños, ya que la temática atañe únicamente a adultos.
Nos cuenta la historia de un conferencista que escribe libros para incrementar la productividad laboral en el ramo de las telecomunicaciones, en específico, las compañías de atención telefónica. Este último detalle es importante, dado que todas las voces de las personas que conoce son iguales, con excepción de Lisa, que tiene una voz femenina. La conoce por casualidad en el hotel donde se hospeda una noche antes de impartir una charla motivacional, resultando en un desliz extramatrimonial.
Aunque aparentemente sencilla, la trama va dando cuenta de los problemas y demás desencantos de las relaciones personales en la posmodernidad que estamos viviendo. Frustración, incomunicación, soledad y falta de empatía son los temas esenciales que aborda, tópicos harto conocidos en la filmografía de Kaufman, que para mayores referencias es la mente maestra detrás de “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”, “¿Quién quiere ser John Malkovich?” y la magnífica “El ladrón de orquídeas”, cuyos complejos guiones escribió antes de comenzar a dirigir.
Su discurso me recuerda a Antonioni (más bien en fondo, no tanto en forma), incluso en la forma de lograr una atmósfera enrarecida retomando elementos cotidianos pero con tintes surrealistas. El diseño de producción aboga por un estilo realista -tanto como se puede en una cinta animada, pero sin exagerar- y las acciones pronto nos hacen olvidar que no estamos presenciando una película de acción viva.
Crisis existencial, colapso nervioso, conflictos de identidad y hasta un cunnilingus (si no me equivoco, el primero en toda la historia de la animación), todo enmarcado en una crítica hacia la rutina, que no es otra cosa que la frivolidad del mundo contemporáneo con la consiguiente incapacidad de formar lazos estrechos y relaciones duraderas. Lo más sorprendente es cómo a través de modelos de plastilina apela a la sensibilidad del espectador, conmoviendo a ratos, desasosegando en otros.
“Anomalisa” es de esos filmes que nos dejan con más preguntas que respuestas con la sensación de que nosotros mismos hemos sido protagonistas de una historia similar, pues tal es la capacidad de evidenciar lo que a veces damos por sentado dada la universalidad de las emociones humanas. Lo consigue sin efectismos tramposos, lo cual se agradece.