Ansiado relevo en el IMSS

Se da por hecho que el delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Jorge Río Pérez, por fin desalojará...

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Se da por hecho que el delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Jorge Río Pérez, por fin desalojará una posición que estuvo muy descuidada por la nula vinculación de este señor con los intereses de Quintana Roo. Por ello a nivel social se festejará su salida.

Como se recuerda, Río Pérez llegó como delegado al calor del panismo, en el período del presidente Felipe Calderón. Y ahora ya no hay nada que mantenga al burócrata yucateco al frente de una de las delegaciones más estratégicas.

El IMSS no debe ser más ese nido de burócratas en la cúspide del confort, tan distanciados de una sociedad que sigue padeciendo por la insensibilidad del personal en oficinas y clínicas, así como ese desabasto de medicamentos que ha sido permanente reclamo de cientos de derechohabientes que son tratados como limosneros, con la punta del pie.

La presencia de Jorge Río al frente del IMSS ha sido tan nociva como lo fue en su momento la de Susana Ahedo Robles al frente de la delegación del Issste, enviada cuando Vicente Fox asumió la Presidencia. 

Nos anuncian ya que el nuevo delegado del IMSS llegará de otros rumbos, por lo que no deben hacerse ilusiones los talentos locales. De hecho, desde hace mucho tiempo un quintanarroense no ocupa la silla de delegado de esa institución.

¿Y qué pasará con la cultura?

La extinción de la Secretaría de Cultura, asimilada para ser convertida en una Subsecretaría bajo el asfixiante control burocrático de la Secretaría de Educación, ha dejado en vilo tareas e infraestructura muy valiosa, como el Museo de la Cultura Maya, el Museo de la Ciudad (Chetumal), la Casa Internacional del Escritor (Bacalar), las casas de la cultura y bibliotecas.

Porque difícilmente los desubicados burócratas de la Secretaría de Educación (y Cultura) tendrán la sensibilidad y el conocimiento básico para mantener a flote tales áreas que dieron prestigio a nuestro estado cuando contaba con un modesto y sumamente efectivo Instituto Quintanarroense de la Cultura (IQC). 

También debemos destacar que en los últimos años el IQC y la Secretaría de Cultura no tuvieron un papel tan activo en el cuidado de la infraestructura cultural, por lo que se fueron deteriorando y hundiéndose en el pantano del abandono, como ocurrió con la maqueta Payo Obispo, ubicada a un costado del Congreso del Estado.

En esa negra categoría se encuentra el deteriorado Teatro Ávila Camacho, ubicado a un costado de Palacio de Gobierno y que por muchos años fue refugio de malvivientes, generando olores insoportables.

Gran parte de la infraestructura permanece en el abandono, así como ambiciosos proyectos, entre ellos el rescate de casas de madera en la capital del estado.

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