Antes de hacerlo hay que pensarlo muy bien

Afirma Carstens que lo único que tienen que hacer las instituciones bancarias es reforzar sus protocolos en materia de préstamos.

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Es temerario Agustín Carstens cuando en su calidad de presidente del Banxico afirma, como asesorado por ese gran meteorólogo Eruviel Ávila, que en el sistema financiero mexicano el caso Oceanografía es atípico. Tan atípico y pasajero como la violencia en el Edomex.

Que lo único que tienen que hacer las instituciones bancarias es reforzar sus protocolos en materia de préstamos. Claro, eso explica que don Amado Yáñez viniera ejerciendo sus habilidades de encantador de serpientes económicas desde 2001.

Por supuesto, la estructura financiera nacional es tan sólida que las lavanderías mantienen blanquísimo los cuellos de sus operadores.

Pero bueno, ya sabemos lo que pasa con los catarritos del buen Carstens. 

Lo mismo decía Jesús Reyna en Michoacán, que nomás no veía las balaceras. Tan bonita trayectoria que llevaba en el sector público como para que ahora me lo llenen de oprobios solo porque dicen las malas lenguas que se iba a lo oscurito con los Templarios. Esto dio pie para que la PGR primero me lo arraigara y luego se pusiera a averiguar para darle sabor al michoacanazo estilo Calderón que van a cocinar. Y es que las prisas no son buenas consejeras. Lo que se hace al chilazo queda como la Línea 12.

Por eso les hago un llamado al licenciado Beltrones y al licenciado Gamboa Patrón para que morigeren la ansiedad, no por mucho fast track saldrán a su gusto las leyes secundarias. ¿Cuál es la prisa si la cosa es calmada? Han esperado años e infelices días para mover a México, bien podrían seguir aquella vieja máxima: “Antes de hacerlo hay que pensarlo muy bien”. 

Sobre todo pensando en los pobres diputados y senadores que ya van a las sesiones en aletas y snorkel urgidos como que están de vacaciones, luego de tanto avalar preponderancias.

Otro caso es el de Navarrete Prida, que por las malditas prisas presume que “no habrá cacería de brujas en lo de Mexicana”, cuando de eso pedimos nuestra limosna.

A ver si lo que dijo Murillo Karam, que Reyna sí se reunió con La Tuta, no fue producto de la premura. Para salir del atolladero que Reyna diga “Lo que yo hago es arte” como El Kommander.  Mucho más sereno, cuenta Carstens que un signo inequívoco de la solvencia económica es que a los consejeros del INE ya les tocó su iPad.

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