Así nace la desigualdad

Muchos políticos exponen la desigualdad como una meta a superar; se trata, dicen, de acortar la brecha de ingresos entre las clases bajas, medias y altas.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Muchos políticos exponen la desigualdad como una meta a superar; se trata, dicen, de acortar la brecha de ingresos entre las clases bajas, medias y altas con miras a tener una capacidad mínima de calidad de vida para las familias.

Este es un problema político de origen económico; sin embargo, las herramientas económicas que tienen el Gobierno Federal y el estatal son apoyos solamente: créditos a Pymes y en algunos casos aporte de tierras y naves para industrias de alto impacto de empleo y en el campo regalo de ganado, alambre y semillas.

Pero existen candados al comercio que ya son parte de nuestra realidad y están siempre soportados por leyes que favorecen a las empresas grandes; para comprobarlo vayan a un súper y vean cuántas marcas venden y qué origen tienen; se sorprenderán de la concentración en pocas empresas.

Existen 4 principales factores de la desigualdad.

Bancos. Son pocos y los más rentables del mundo. Hacer un banco es complicadísimo en México, pero las opciones para abrir arrendadoras, factorajes y créditos eran fáciles antes de EPN, ahora Condusef puso costo de supervisión, compra obligatoria de software, multas elevadísimas por incidentes leves y monitoreo de Hacienda por “sospecha de lavado”. El resultado: más de la mitad de las sofomes ya no existen.

Licitaciones. Las grandes secretarías ahora centralizan las compras a un puñado de empresas de la capital que tienen capacidad de surtir a todos los estados; se dejó de pulverizar las compras para que puedan ser alcanzadas por Pymes locales.

Regulaciones y permisos. Si quieres importar un fertilizante, o si quieres producir cemento o hacer una medicina, tienes que pedir permiso a Cofepris, Secretaría de Economía, etc. Son trámites de meses y terminas pagando gestores que te cuestan cientos de miles de pesos; así el propio gobierno crea monopolios y precios altos.

Monopolios disfrazados. Hay supermercados norteamericanos y cadenas de tiendas con las que nadie puede competir en precio; esta simulación de precios acordados desde los países de origen hace que pocas empresas disputen el mercado, ejerciendo una competencia injusta contra miles de pymes. Verificar y regular precios de negocios debe ser atribución de los estados y no de la Federación, con tribunales especializados.

El mercado no sólo es asunto de la Secretaría de Hacienda, ni de Economía. Está en el día a día de las Pymes, cuyos obstáculos a nadie ocupan de los políticos locales; ahí nace la desigualdad. 

Lo más leído

skeleton





skeleton