Los robos y asaltos han ido en aumento en la capital del estado, algunos con desenlace fatal. Pero hay un ritmo contante de estos delitos que no han sido contenidos por las corporaciones de Seguridad Pública, tanto estatal como municipal.

Uno de los asaltos más recientes ocurrió en una tienda Oxxo ubicada en el primer cuadro de Chetumal, donde el delincuente amenazó con un pico de botella a los empleados, para darse a la fuga y ser capturado a unas cuadras. Pero este tipo de intervenciones certeras es fruto de la casualidad y no de un plan preventivo bien delineado, lo que explica el elevado nivel de eficacia delictiva que tanto irrita a decenas de agraviados.

El neutralizado delincuente fue trasladado al Centro de Reinserción Social (Cereso), donde perfeccionará sus malas artes en caso de que sea confinado por varios meses. Pero con toda seguridad recuperará su libertad casi de inmediato, recibiendo el anhelado pasaporte para seguir practicando su nociva especialidad.

Otro sujeto fue sorprendido al intentar escapar con artículos arrebatados a un hogar de la colonia Infonavit Proterritorio. El ladrón fue atrapado por un grupo de vecinos, entre quienes se encontraba un agente de la Policía Judicial del Estado. Pero una vez más estamos ante un caso con desenlace excepcional, gracias al factor suerte.

De hecho, un porcentaje mayoritario de golpes tiene un final feliz para los asaltantes que operan en diversos puntos de Chetumal aprovechando la escasa presencia de los policías preventivos, quienes dependen del factor suerte para capturar a los delincuentes que tienen todo a su favor, ya que conocen la rutina de ciudadanos y policías.

Los atracos ocurren en diversas localidades del sur del estado, como Calderitas y Bacalar. Por ello se tiene que trazar un plan conjunto, consultando a los vecinos que por lo regular ubican a los delincuentes, aunque los datos de- ben ser manejados con suma discreción para no poner en riesgo la seguridad de los civiles que desean vivir en paz.

Aguas con la deserción escolar

Y una mala combinación es la elevada deserción escolar en nuestro estado, ya que limita el campo de acción de los jóvenes que no tienen más opción que incorporarse al mercado laboral, percibiendo salarios muy raquíticos y que rondan los linderos de la miseria.

Evitar la deserción escolar debe ser una prioridad conjunta que tendrá un impacto positivo en nuestra armonía social, ya que permitirá a nuestros jóvenes el acceso a posiciones laborales más competitivas, aunque esta es una responsabilidad que deben compartir los sectores público y privado.

Por lo pronto, la asignatura pendiente consiste en abatir estos graves niveles de deserción escolar.