El pasado lunes durante la visita del Carnival Triumph, una persona en estado de ebriedad propició un incidente que dio pie para que dos turistas demostraran a los presentes que en este mundo aún hay gente buena y que con su ejemplo son una motivación para vivir y redoblar esfuerzos para ser mejores seres humanos.  

Y es que cuando a esta persona, al parecer un habitante del puerto, que caminaba trastabillando, al pasar junto a una mesa en la que se exhibían varias artesanías, sin querer golpeó una de éstas de modo que el encargado del lugar de inmediato pidió ayuda a sus compañeros para obligarlo a que pague el daño o  fuera remitido a la cárcel pública.

Afortunadamente para esta persona no había vehículos de la corporación policiaca cerca, por lo que mientras buscaban el número de emergencias para reportar lo sucedido a la comandancia, por el lugar pasó una pareja de cruceristas, que al ver que los comerciantes tenían sujeto al borrachín, preguntaron qué estaba sucediendo, de modo que una vez enterados preguntaron de cuánto era el daño y sin más sacaron la cartera para pagar el valor del objeto roto y se retiraron una vez que se cercioraron que el tipo fuera dejado en libertad.

Da gusto conocer y compartir este tipo de historias que le dan un sentido a la vida, máxime en estos momentos en los que la crisis de valores está pegándonos de fea manera.