Autodefensas y la profecía de Manlio

Beltrones: “Dicen los que saben de esto que en el inicio, en su mayoría, las autodefensas juegan un papel positivo, pero en el mediano plazo se convierten en un problema adicional para el Estado".

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El 26 de enero de este año, la portada de nuestro periódico decía “Siempre termina mal con autodefensas: Manlio”. 

La nota ampliaba las declaraciones del diputado Beltrones a media crisis michoacana: “Dicen los que saben de esto que en el inicio, en su mayoría, las autodefensas juegan un papel positivo, pero en el mediano plazo se convierten en un problema adicional para el Estado, porque en los hechos se ha roto el Estado de derecho. Los ciudadanos asumen tareas que son exclusivas del Estado nacional, de las autoridades y eso no puede ser la salida a un conflicto”. 

Un par de días más tarde, el gobierno de México lanzó un nuevo plan para la paz michoacana, que se basa en un extraño arreglo con las autodefensas y que incluye una amnistía implícita y acciones “conjuntas”.  

Toda esta semana mi compañero Juan Pablo Becerra-Acosta presentará un reportaje seriado desde Tierra Caliente, a un año de la aparición formal de las autodefensas y poco más de un mes del acuerdo entre autodefensas y gobierno.

Cito de la entrega de ayer: “No obstante, hay evidencias de que algunos de los libertadores empiezan a comportarse como opresores. Conforme transcurren las semanas se ha comprobado que grupos de autodefensa cobran u obtienen ayuda monetaria de productores, como le llaman de forma eufemística al despojo de dinero.

Bajo el argumento de que “el movimiento” requiere fondos limpios para no recibir ayuda de otros cárteles de la droga, y para garantizar la seguridad, empresarios de diversos sectores tienen que aportar millonarias sumas. Es el caso de aguacateros en Tancítaro, que al menos durante un año cederán 80 por ciento de sus ganancias a las autodefensas.

O de los empresarios mineros de Aguililla, que si bien no dan cuatro dólares por tonelada a los narcotraficantes, sí aportan dos dólares a las autodefensas del municipio. También empiezan a confirmarse los nexos de algunos líderes de civiles armados con los Templarios (Aguililla) o confesiones de tratos con otros criminales, como en Tepalcatepec, donde se admiten acercamientos con el cártel de Jalisco Nueva Generación, justo ahí donde intereses políticos y aparentemente delincuenciales de quienes organizaron el levantamiento armado han mantenido exiliado al presidente municipal”. Hasta ahí la cita de la primera entrega de Juan Pablo.

Ayer, armados hasta los dientes, celebraron los líderes de las autodefensas su “triunfo”. 

¿Sería que Manlio tenía razón? 

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