Nuestro país es un país sobrediagnosticado, las soluciones a muchos  problemas son expresadas en universidades, cámaras empresariales y en experiencias en el extranjero en: economía, política, medio ambiente, salud y seguridad, pero hacer un punto de inflexión en éstos requiere de liderazgos fuertes de nuestras autoridades y de eso carecemos.

No hablo de Mérida, ni de Yucatán, sino de  las organizaciones públicas y sociales en el país. Pasan los sexenios y lo que dejan son obras públicas: hospitales, puentes, edificios son la salida fácil de la autoridad que no quiere solucionar problemáticas complicadas donde tiene que convencer, aplicar la ley, cambiar gente, hábitos y leyes. Me explico:

Hacienda: el pago de ISR en empresas es sobre lo vendido aunque no esté cobrado; en Estados Unidos y varios países no es así, cuando te pagan pagas impuestos. Nadie habla de esto porque declarabas en ceros y cuando te pagaban pagabas, hoy con la contabilidad electrónica ya no se puede y las multas por retraso se multiplican.

Seguridad: el robo a casa habitación debe ser grave, las familias entran en pánico cuando pasa y si detienen a los ladrones molestan a la familias para que retiren la demanda, doble pánico.

Salud: el robo hormiga de medicinas en centros hospitalarios es común. Hacer recetas electrónicas y tener máquinas expendedoras automatizadas en una solución que existe hace años.

Monopolios: pagamos años los teléfonos y celulares más caros del mundo, las comisiones de tarjetas de crédito son más altas que en sus países de origen, las comisiones bancarias son elevadísimas y a las sofomes cada día les meten más costos y revisiones por leyes que benefician a monopolios.

Hacer los cambios requiere de personalidades fuertes y con profunda sensibilidad social, requiere de convencer a legisladores, acelerar sindicatos, acortar la distancia entre autoridades y sociedad; requiere de dar seguimiento a problemáticas y establecer objetivos con ruta y fecha; requiere anteponer los intereses de la sociedad a la agenda del partido.

No demerito las grandes obras necesarias, pero los cambios que hacen desarrollarse a un país no son con dinero. Carlos Salinas vendió empresas del Estado y le dio autonomía al Banco de México, Fox promovió sofomes para desarrollar el crédito detenido por bancos, Peña Nieto rompió el monopolio petrolero y muchos otros: telefonía, cemento, comunicación, y metió orden en sindicatos. Desarrollar un país no se hace con cemento y block, se hace con actualizaciones de leyes y con eficientar la respuesta en los servicios públicos.