¡Ay, Elenita, perdónalos, no saben lo que hacen!

Mal se vieron los intelectuales que hicieron gestos como de la niña de El Exorcista cuando supieron que desde España se le otorgaba el galardón a Poniatowska.

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Un abraxo fuerte a mi querido Roberto Velázquez, cuyo padre se fue bajo las sonoridades de Pink Floyd y envuelto en la bandera Puma

No se sabe quiénes son más envidiosos, los intelectuales mexicanos progres y ultraderechosos que al enterarse del Premio Cervantes para Elena Poniatowska se pusieron peor que los fans de Justin Bieber al saber que desde Los Pinos negaron tres veces una reunión de Peña Nieto con el intérprete, o aquellos que hicieron sonrisas sardónicas porque Murillo Karam anunció en el extranjero que en México había descendido notablemente la violencia.

Digo, mal se vieron los intelectuales que hicieron gestos como de la niña de El Exorcista cuando supieron que desde España se le otorgaba el galardón a Poniatowska. Un soplamoco a quienes tanto la han criticado, vilipendiado y señalado. Neta, hubiera pagado lo que me gasté en el Buen Fin por ver los rostros desgobernados de los salieris de la princesa polaca.

Y es que ya me los imagino a todos esos artistas que, sintiéndose despojados y traicionados, teniendo ataques de ansiedad y chiripiorcas cuatas, peor que las de Los Chuchos navarretianos cuando supieron de la explicación de Marcelo Ebrard sobre por qué no acudió al mitin dominical del PRD contra la reforma energética: porque en resumen este partido no ha hecho más que servir de comparsa al PRI, algo que tampoco es que esto, después de la firma de Pacto por México, fuera una novedad, pero que cala hondo porque el revire le toca al ingeniero Cárdenas que estuvo en tribuna. Más en el contexto del Peje alegando que todos fueron maiceados por Videgaray.

Y es que Los Chuchos son muy selfies, instalados en la zona de confort de la izquierda a la que ya se le olvidó el marxismo y “La internacional”. Digo, por lo menos deberían de tener su propia Chepina Vázquez Mota para que los acuse de ser priistas, por ejemplo.

Y en el fragor de la batalla, con la certeza de que en el caos no hay error, es un bálsamo que Murillo Karam nos aclarara que en este país no hay estados fallidos, que es puro bulliyng como dijera Felipe Calderón.

¡Ay, Elenita, la única que puede estar con AMLO y Televisa, perdónalos, no saben lo que hacen!

[email protected]

www.twitter.com/jairocalixto

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