Se han fijado de cuántas academias de danza hay en la ciudad?  Cuando era maestra en el CECUNY decían que había una academia por cada fraccionamiento; al parecer, es mentira: ¡Hay más! Estas academias deberían cubrir una serie de requisitos que permitan no sólo su buen funcionamiento, sino también el adecuado desarrollo de sus alumnas. Sin embargo, esto no ocurre en un gran número de casos. En realidad no son salones, son cuartos de casas sin la ventilación ni el piso adecuados.

¿Cómo practican danza de esa manera? ¿Cómo estiran los brazos si están pegadas una a la otra? ¿Cómo se oxigenan adecuadamente? ¿Saben los padres que al bailar en un piso de ladrillo o cemento se están lastimando las rodillas de sus hijas?  No imagino mayor tortura que lesionarse las piernas mientras sufres sofoco y una señora en mallas y con faja plástica te pega de gritos. Algunos creen que poner a las niñas gorditas a estudiar ballet las hará bajar de peso.

Esa no es la única opción, además de una actividad física o artística, es importante cuidar la alimentación de los niños. Hay también una visión común de poner a la hija a estudiar danza y luego abrirle su academia y que ella egrese otro montón de bailarinas que a la vez tendrán sus academias y exprimirán a los padres de familia  con exóticos y carísimos trajes para una bastante penosa exhibición de fin de curso, en la que los padres de familia no entienden nada, pero con gusto vuelven a pagar para comprar fotos y videos de sus hijos.

Entiendo que hay supervisoras que cuidan que las escuelas incorporadas a la SEP tengan las instalaciones adecuadas. ¿Funciona esta supervisión? No lo creo, de ser así, muchas academias estarían cerradas.  Yo creo que los padres de familia deben fijarse muy bien a quién encomiendan a sus hijos y si vale la pena lo que están pagando. Si los alumnos se lesionan no es porque sean tontos o incapaces, es porque algo funciona mal en esa escuela. Hay buenas academias de danza donde los niños pueden disfrutar la desinhibición placentera del movimiento.

Yo estudié danza con Nicte-Ha Herrero, reconocida coreógrafa y bailarina, que falleció hace unos días. Mi mamá me llevaba con tal de que perdiera peso y fuera bailarina, nunca sucedió ninguna de las dos cosas, pero el amor al arte y la disciplina la debo, entre otras cosas, a esas clases que me hicieron una mujer respetuosa del arte y la cultura. Esas maestras son las que transforman la vida de los seres humanos, las otras más bien son brujas con panderos que estropean los oídos de los niños a  temprana edad.