Barato, rico y nutritivo
Alabó a la encargada de los “Comedores del Bienestar”, María Cetina Lope, por estar al pendiente del funcionamiento de los mismos y que, con buena administración, cada uno de los siete espacios despachen de 180 a 200 raciones diarias.
Hay programas sociales, aplicados por los gobiernos, sean federal o estatal, que siempre recibirán críticas malsanas y de gente que sólo despotrica por deporte; habla con el hígado y nada le parece correcto.
Cuando el PAN gobernaba Yucatán, en el sexenio (2001-2007) de Patricio Patrón Laviada, los anteriores críticos del PRI callaron y se sumaron a la “era patricista”, como no pocos llamaron. Una bola de activistas, dizque defensores de los derechos humanos, sonrieron y se frotaron las manos. Los negocios estaban por comenzar. Vendrían “seis años de Hidalgo”.
Al mismo tiempo, algunos maestritos que de pronto son expertos en todo y hasta politólogos se volvieron, recibieron sus “huesitos” en la Secretaría de Educación Estatal e ignoraron las irregularidades que en la gestión de Patrón Laviada se registraron. Algunas “sin querer queriendo” y muchas otras con alevosía y ventaja.
Cuando el PRI retomó el poder estatal en manos de Ivonne Ortega Pacheco la política populista y populachera, que no popular, se incrementó al mil por ciento y no siempre para bienestar de los miles de habitantes de Yucatán.
No obstante, hubo un programa denominado “Ayudar” que tuvo un aceptable impacto entre los más necesitados. Lo controlaba Lucía Canto Lara, pariente de Ortega Pacheco, y consistía, básicamente, en resolver problemas en caliente. Por ejemplo, si la humilde vivienda de equis familia se incendiaba y siniestraban totalmente, entonces “Ayudar” intervenía y con una mezcla de recursos le construía una nueva y mejor morada a los otrora afectados.
Los siempre rabiosos detractores u opositores calificaron “Ayudar” de electorero para que los beneficiados votaran, en las siguientes elecciones, por los abanderados del PRI que surgían al amparo del poder de Ivonne Ortega. La respuesta humana es lógica: si te apoyaron en los momentos complicados, ¿por qué no dar el sufragio por el tricolor? Lo mismo sucedió cuando Acción Nacional dominó el panorama con el “Pato” Patrón a la cabeza.
Por supuesto que lo anterior no significa cerrar los ojos ante las injusticias y los potenciales y supuestos desvíos millonarios de recursos que fueron a parar en “partenones” playeros, miles de hectáreas, lujosas casas y suntuosos vehículos. Y, recientemente, cuentas públicas inmaculadas. ¿Alguien lo cree? Muy pocos, pero la gente fregada, la que perdió su vivienda de tres por tres metros, es muy agradecida. Su conciencia estará satisfecha con el obsequio de un par de votos. Más adelante sabrá si hizo bien o mal.
Entonces, si de programas asistenciales hablamos, el gobierno de Rolando Zapata Bello mantiene uno bastante interesante, barato y, sobre todo, muy nutritivo. Se trata de los “Comedores del Bienestar” donde por 10 y 15 pesitos, las personas pueden alimentarse sanamente, además de saborear buenos platillos elaborados higiénicamente y con estándares de calidad, todos supervisados por nutriólogas expertas.
Hace unas semanas, Nerio Torres Arcila, secretario estatal de Desarrollo Social (Sedesol), invitó a De Peso al comedor instalado en la Unidad Morelos para degustar un par de comidas que las cocineras prepararon para la comunidad. Y es que, por si no lo saben, estimados lectores, las raciones de comida para discapacitados, adultos mayores y menores en altas condiciones de marginalidad, sólo cuestan 10 varitos; el resto de los mortales puede comer a todo dar por 15 pesos.
Nerio chavo, quien hace dos años contendió por la alcaldía de Mérida y salió con la suerte de espaldas –así es la política- explicó al reportero que actualmente funcionan siete comedores y que al fin de año, por instrucciones de Rolando Zapata, tienen que estar en funciones 13 más. El objetivo es cerrar 2014 con 20 changarros de estupenda comida.
Alabó a la encargada de los “Comedores del Bienestar”, María Cetina Lope, por estar al pendiente del funcionamiento de los mismos y que, con buena administración, cada uno de los siete espacios despachen de 180 a 200 raciones diarias. Por si fuera poco, los comedores disponen de televisión para la diversión colectiva. Es más, en determinado changarro una pareja de divorciados hizo conexión. Lo demás, imagínenlo.
Como siempre, los rabiosos condenarán también este programa. Pero lo cierto es que, electorero o no –como quieran llamarle-, “Comedores del Bienestar” cumple un objetivo principal que, simplemente, es alimentar a los más necesitados. Como dice el dicho popular: “barriga llena, corazón contento”. Y este columnista le agrega: “votos, no sabemos”. Va una “palomita” para los creadores y responsables de estos sitios donde se come rico, barato y nutritivo
Ah, y si los “modernos inquisidores” quieren quemarme en la leña verde de la lambisconería, les respondo: ¡me vale máuser!
Amiguitos y amiguitas, ya saben: sugerencias para que funcionen cientos de “Comedores del Bienestar” en la entidad, enviarlas a [email protected] y/o [email protected]