¡Bola de #tetos y marranos!
El bullying al que fue sometida la hija de 'El Piojo' Herrera o #LadyPioja es tal, que en cualquier momento le van a poner custodios.
Hay mexicanos tan canallas y miserables a los que no les basta con que la distinguida y fina criatura del culto director técnico de la selección haya pedido disculpas por sus exabruptos tuiteros (llamó #tetos a quienes criticaban a su progenitor por sus estrategias frente a Bosnia), sino que exigen que la pobre criatura confeccione planas interminables de “Haber no es lo mismo que A ver” para solventar sus carencias ortográficas insertas en un solo tuit.
Por eso, cuando Miguel Herrera espetó con tono doctoral el ya clásico “¡Marranos!”, de inmediato pensé que se refería a quienes estaban maltratando a su muchacha como si fuera su alteza serenísima doña Alejandra Sota (distinguida emisaria del calderonismo pando acusada de quién sabe cuántas canalladas y que gracias a su buena conducta fue exonerada por la Función Pública, solo esperamos que pronto nos dé un curso de cómo ayudar a los amigos a salir de pobres), y no contra los bosnios que le cambiaron la jugada dejándolo con un palmo de narices.
Como sea, pobre Michelle Herrera; no contentos con el trolleo del que fue víctima a fuerza de memes por sus arrebatos, casi parecía que me la querían mandar a recibir clases de moral y humanismo con Eduardo Burs y Molinar Horcasitas, héroes de la Guardería ABC.
Bueno, el bullying al que fue sometida esta criatura a la que hoy denominan los linchadores #LadyPioja es tal, que en cualquier momento le van a poner custodios como a la niña que necesita protección para ir a su escuela con saludos para Chuayffet.
De hecho las dimensiones del bullying son apenas comparables con lo que está sufriendo el PRI: lo acusan de organizar cortinas de humo en pleno Mundial para malbaratar Pemex (luego de la derrota, el Tri no sirve ni como distractor chafa), que no aplica mayoriteo en las reformas secundarias nomás para legitimar el carro completo, que PAN y PRD lo tratan como los republicanos a la monarquía española. Esto va que vuela para La rosa de Guadalupe.
Y ni que fuera para tanto, si a Pitbull le dieron un honoris causa en una universidad patito, lo de esta niña se puede pasar. Bueno, hasta en el PRI-DF están cambiando el look teibolero de Catémoc Gutierrez y sus Topo Gigios, a blanco purificado.
Sí se puede, tetos.