Borrando la historia

Tengo para mí que los nombres de las calles y avenidas ayudan a conocer la historia.

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Pocas ciudades mexicanas mantienen la costumbre de tener la nomenclatura de sus calles con número. Además de Mérida, recuerdo Guaymas, que sólo tiene algunas con nombres de personajes.

Tengo para mí que los nombres de las calles y avenidas ayudan a conocer la historia. Por ejemplo, supimos desde niños que Saint Saëns, Schumann, Borodin y Leon Cavallo fueron músicos, porque la colonia en que vivimos en el DF, la Vallejo, tenía nombres de músicos, cantantes y compositores.

Hacemos estas reflexiones porque el sábado pasado se retiró la polémica estatua de Heydar Aliyev, quien lideró a Azerbaiyán, primero como jefe del Partido Comunista y luego como presidente desde 1993 hasta su muerte en 2003.

En agosto pasado, la escultura fue puesta en el Paseo de la Reforma –donde convivía con héroes mexicanos y extranjeros– y de inmediato provocó protestas, sobre todo por una placa que describía a Aliyev como un brillante ejemplo de devoción infinita a su patria y leal a los ideales universales de paz.

Los inconformes dijeron que fue un general de la policía secreta rusa y gobernó Azerbaiyán con puño de hierro, y otro aspecto de su gobierno fue su extravagante culto a la personalidad. Este asunto, digno de los jacobinos, trajo a mi memoria un acaecimiento ocurrido en la Marina.

A finales de 1994, en el ocaso de su cargo como secretario de Marina, el hoy fallecido almirante Luis Carlos Ruano Angulo decretó que se borrase el nombre de un director de la Escuela Naval Militar, por haber puesto en entredicho –en una reunión con miembros del Ejército– la defensa de la Escuela Naval, el 21 de abril de 1914, encabezada por el teniente José Azueta y el cadete Virgilio Uribe. La decisión se dio a conocer por la Orden del Día del Cuartel General de la Armada.

Ignoro si ya  regresó el retrato a la galería de directores de la Escuela Naval, pero el hecho evidencia la impronta que Ruano Angulo dejó en la Marina. Por lo demás, no se puede borrar la historia tirando estatuas… y mucho menos de un plumazo.

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