Brexit y el populismo nacionalista

La nueva vertiente de líderes populistas que asolan al mundo nos dan una cachetada...

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La nueva vertiente de líderes populistas que asolan al mundo nos dan una cachetada a los que, ingenuamente, creíamos que la barbarie de ver toda una nación arrojarse al vacío en triste memento del flautista de Hamelín tras engatusar a las ratas con su cántico adormecedor como cosa del pasado.

Nunca creímos los de mediana edad que la estupidez generalizada que Hitler contagió a Alemania fuese a repetirse. Pero como bien dice el refrán: “cuando la pobreza entra por la puerta, el amor se va por la ventana”. La difícil situación que están enfrentando naciones que otrora eran faros de prosperidad y raciocinio es impactante. El sueño de una Europa Unida viene de Carlos V, que con su “Universitas Christiana” como confederación de estados, trató de hacer frente a la amenaza de Medio Oriente y de eliminar de una vez y por todas las luchas intestinas entre europeos.

Esta vez, al igual que le pasó al sabio emperador, todo se fue como agua entre las manos. La imposibilidad, en esa ocasión de contar con Francia en su proyecto con el consiguiente enfrentamiento que acarreaba, le desanimó y fue tal su depresión que abdicó al trono y se retiró a un monasterio a arreglar relojes y arrojar piedras a los chiquillos que le robaban las manzanas.

Igual de desolados estarían los grandes arquitectos del europeísmo, la gran mancomunidad de estados cuyo símbolo de estrellas en círculo daba inmediatamente la sensación de prosperidad y del fin del mayor mal en la historia: el populismo nacionalista. Una vez más, el egoísmo de políticos irresponsables, que, usando un lenguaje incendiario y agorero, vertieron su talento en engañar a las masas y de no darle todos los elementos para juzgar una decisión que tarde o temprano afectará el mundo entero, el aislacionismo nunca ha sido buen remedio y probablemente este sea el tiro de gracia también para la Unión Británica, pues, tanto Irlanda como Escocia no desean en lo mínimo irse de la UE.

Tristes son estos tiempos con tanto pillo que usa el pesimismo y la histeria para engañar pueblos enteros y sumirlos en cualquier tipo de fracaso con tal de llegar al poder. No les importa en lo absoluto lo que pase en 10 o 15 años, el chiste es usar la violencia verbal y política para encender pasiones. Churchill dijo en una ocasión que un político se preocupa de la siguiente elección y un estadista se preocupa por la siguiente generación.

El liberalismo europeo de finales del siglo XX nos dejó a sus peores hijos al mando de lo que tanto costó construirse. Todo un bloque para enfrentar en conjunto la amenaza islámica y el bloque comunista ha quedado en el olvido ante la ignorancia de que ambas amenazas no han desaparecido, en el mejor de los casos sólo se han maquillado. Esta es una semana triste en el mundo.

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