Burocracia inflacionaria
México es un país inmensamente rico lleno de pobres. Que se reparta mejor la riqueza.
Anteayer nos informaba Milenio Novedades (Pág. 29) del agarrón que se dieron consejeros del Instituto Nacional Electoral y representantes de partidos por los centavos que a cada uno le tocaría de la raquítica cantidad de 15 mil 473 millones de pesos solicitados al Congreso (el brazo ejecutor de los partidos si el INE se porta mal con ellos) en el presupuesto de 2016. En la discusión se habló de autos, celulares, oficinas y otras prerrogativas y ventajas que tienen esos privilegiados burócratas (los del INE y los de los partidos) constructores de la (carísima) democracia en México.
Quisiera que el tema ya dejara de figurar en la agenda, porque si no luego nos echan la bola a los periodistas de que sólo explotamos el lado mediático (¿de qué otra cosa debe ocuparse un medio, de ser su caja de resonancia?) y se recriminan de que nos están poniendo un jugoso filete sobre la mesa, pero ellos se entercan en darnos material “para explotar el enojo” . Me parece miserable y de muy mal gusto su pleito, sobre todo ahora que se nos vienen encima más graves problemas económicos. Diría la abuela: están viendo venir la tempestad y no se arrodillan.
Yo creo –y que me disculpen los analistas de alto coturno si peco de simplista- que hemos caído en México en un remolino tempestuoso –en buena medida desde que Fox con su caza de talentos metió a la burocracia (la alta) en un imparable proceso inflacionario que no rinde más fruto que el de enriquecer a esos encumbrados (iba a decir enquistados) , al grado de que, sin reclamaciones de su conciencia, pueden comprarse una casa de descanso en exclusivo paraje- y se han olvidado de que su función es el servicio. Sólo falta que emulen a Evo y hagan que les amarren los cordones de sus zapatos.
¿Es ingenuo (o imbécil) pedir una renuncia masiva a privilegios y prebendas y regresar al sentido prístino del gobierno: servir, sobre todo a los más débiles? No pido austeridad de anacoreta, pero sí un poco más de decencia. México es un país inmensamente rico lleno de pobres. Que se reparta mejor la riqueza.